Las dudas sobre quién paga finalmente los impuestos generados por la compra de la finca La Torriente centró buena parte del debate en la asamblea ordinaria del Grupo Covadonga celebrada ayer y a la que asistieron 335 socios. La directiva encabezada por Antonio Corripio sacó adelante las cuentas correspondientes al ejercicio de 2018. Unas cuentas que registraron un superávit de 220.000 euros, y que tuvieron el visto bueno de 261 socios por 59 en contra y 15 abstenciones, lo que supone un respaldo del ochenta por ciento.

La directiva afirmó que "el resultado del ejercicio es fruto de una gestión eficiente de los recursos consecuencia de la consolidación de nuestro modelo de gestión" y destacó principalmente "el control en las partidas de gastos". A lo largo del pasado ejercicio el club rebajó la deuda en 551.076,51 euros. Durante el presente año están previstas inversiones en las sedes de Las Mestas, Mareo y Begoña por importe superior a los 700.000 euros. Las más importantes será 127.000 euros para la piscina y 111.500 en la mejora del parque infantil de Mareo.

El pago de los impuestos inherentes a la compra de La Torriente suscitó la crítica de varios socios, uno de los cuales llegó a definirla como "disparate tributario" ya que se mantienen las diferencias entre la parte vendedora y el Grupo sobre quién tiene que hacerse cargo del pago "y todo por no haber añadido las palabras IVA incluido" indicó el socio, que instó al presidente a "afrontar cuanto antes esta situación". La directiva se reiteró en afirmar que "a día de hoy no hay ninguna notificación ni requerimiento por parte de la Agencia Tributaria" sobre los impuestos de esta compra y que "la finca está a nombre del Grupo en los registros correspondientes". Sí reconocieron lo dirigentes de la entidad que siguen sin tener la factura a pesar de que ya se ha requerido dos veces al vendedor para que la facilite. Otro de los intervinientes, Jaime Viña Olay, acusó al presidente de incumplir los estatutos por "no facilitar la documentación solicitada a pesar de haber pasado más de 160 días de la solicitud". Viña Olay también cargó contra la operación de compra de La Torriente asegurando que el metro cuadrado de cancha deportiva en esta finca "va a salir a casi 900 euros". El hecho de pedir documentación y no ser mostrada, en concreto la correspondiente a la compra de La Torriente, también fue denunciado por Melchor Fernández.

También se registraron intervenciones a favor de la directiva, como la de Víctor Díaz recordando la época en que "se oían voces agoreras" sobre lo que pasaría en el club con la absorción del Centro Asturiano "y hoy ya nadie habla de ello".

Los socios también dieron su aprobación al presupuesto del presente año, que asciende a 11,7 millones de euros e incluye un incremento de cuotas del 3,9 por ciento, lo que supone un aumento que va desde los 27 céntimos para los socios infantiles, a un euro con dos céntimos para el socio individual adulto. El capital pendiente de amortizar por parte del club es de 4,746.688, 83 euros si bien 1,4 millones, los empleados en la compra de La Torriente, no se comenzarán a abonar hasta el 2020.

La subida de cuotas también recibió algunas críticas, máxime cuando la directiva presentó un superávit superior a los 200.000 euros que se pidió se utilizase para congelar los recibos. De nuevo Viña Olay censuró que "en los dos últimos años las cuotas se incrementaron en un once por ciento cuando el IPC del 2018 fue del 1,2 por ciento y el previsto para este es del uno. La diferencia es considerable". El resultado de la votación fue de 243 votos a favor, 50 en contra y 12 abstenciones.

El tesorero, Joaquín Miranda, también recordó el trabajo que se está realizando para la elaboración de un plan director con el que se pretende realizar una remodelación de usos y espacios en el global del club aunque tendrá una especial influencia en la sede de Las Mestas y la adquirida finca adyacente. Tras el debate y en este caso aprobación de las cuentas y el presupuesto, buena parte de los presentes abandonaron la asamblea sin esperar al apartado de ruegos y preguntas en el que no se registró intervención alguna. Octavio Fernández García y Elena Reguera fueron elegidos como los socios censores de cuentas para el presente ejercicio.

Al término de la asamblea ordinaria se celebró otra de carácter extraordinario en la que los socios dieron su conformidad, con solo una abstención, no sin antes haber pedido alguna aclaración, a la creación de una sección para personas con discapacidad intelectual. La propuesta fue defendida por el propio presidente quien señaló que "el club tiene una sección para discapacitados funcionales pero no para discapacitados intelectuales y en este momento hay un deportista que no puede representar al Grupo por no existir oficialmente esta sección, pero esto es una situación que puede ampliarse porque el club apuesta por la integración y en el futuro puede haber más personas beneficiadas".