"El comportamiento del PSOE cuando abdicó Juan Carlos I fue lamentable desde el punto de vista republicano; no digo que asaltasen el Palacio de Invierno, pero sí que hubieran hecho una movilización para plantear un referéndum, pero salieron de apagafuegos para que nadie se moviera". Son palabras del historiador y profesor Ernesto Burgos, que ayer, en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón, pronunció una charla titulada "La memoria desde el compromiso político. Pasado, republicanismo y futuro".

Ernesto Burgos, que fue el líder del partido Izquierda Republicana entre los años 1992 y 2002 y es fundador del partido Por la Tercera República, comenzó su disertación afirmando que "el gran fallo y el punto de inflexión del movimiento republicano en España" tuvo lugar en 1977, cuando "se disuelve el Gobierno republicano en el exilio a los pocos días de las primeras elecciones generales, en las que no dejaron presentarse a los partidos republicanos".

La disolución del Gobierno republicano en el exilio, que presidía el asturiano José Maldonado, trajo como consecuencia, explicó Ernesto Burgos, "la pérdida del contacto y el control de todos los grupos que reivindicaban la idea republicana".

Y como sucedió con el carlismo, cuando llegó la Transición los partidos republicanos obtienen escasísimos votos, una historia que da paso, subrayó el conferenciante, a que "otros grupos se apropien de la idea de la República, fundamentalmente el Partido Comunista de España Marxista Leninista, que luego hizo el Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP)".

A nivel de Asturias, Ernesto Burgos señaló que el republicanismo puro, "que no son ni comunistas ni socialistas", tuvo a grupos por "intereses económicos", como la Liga de Mutilados de la República o la Asociación de Viudas de la República "Rosario Acuña". También habló el historiador de las fosas comunes de republicanos, centrándose en la del cementerio de San Salvador de Oviedo, "donde a partir de los años sesenta ya había una asociación".