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DIEGO BARCELÓ LARRAN | Economista y escritor, autor de "10. Gracias, Maradona".

"Maradona es el único que logró unanimidad en Argentina, un país siempre dividido"

"Cristiano Ronaldo y Messi son dos fenómenos, pero más predecibles de lo que era el 'Pelusa' como futbolista"

Diego Barceló Larran, ayer, en la Casa del Libro de Gijón. MARCOS LEÓN

Hay quienes afirman que ha sido el mejor futbolista de todos los tiempos. Diego Armando Maradona (Buenos Aires, 1960) es el único dios verdadero de la Iglesia maradoniana y el último gran mito de Argentina, donde tiene altar junto a Gardel y Evita. Deportista genial y personaje controvertido, el "Pelusa" -también el "Pibe de Oro" o "Barrilete Cósmico- es el protagonista de "10. Gracias, Maradona" (Samarcanda), libro que Diego Barceló Larran presentó ayer en la Casa del Libro de Gijón. Economista y colaborador de varios medios, entre ellos LA NUEVA ESPAÑA, este bonaerense afincado en Oviedo desde hace dos décadas ha contado para su retrato del astro argentino con opiniones como las de Alexanco, Martín Palermo o el "Lobo" Carrasco.

- ¿Por qué este libro?

-Nací en Buenos Aires y, desde que tengo uso de razón, Maradona ha sido la figura presente. Pensé el libro como un regalo por los cincuenta años de Maradona, pero los tiempos se me fueron. Con todas las sombras que pueda tener, él ha regalado momentos de felicidad a decenas de millones de personas. El escritor Eduardo Sacheri dice que, viendo jugar a Maradona, sentía que le debía algo. A mí me pasa lo mismo, por eso he querido saldar la deuda con este libro.

-Aportó al fútbol con sus genialidades, pero también a la mitología del fútbol...

-Claro. Es una figura universal que ha despertado muchas pasiones en gente muy distinta. He hablado con albaneses que se sentían felices por los goles que le hizo a la selección de Italia. Scorsese agradecía el gol de "la mano de Dios" contra Inglaterra. Cada uno tiene su motivo. He querido, también, dar datos y hacer reflexiones sobre cosas que no se conocen. Por ejemplo: hace muchas obras generosas que no trascienden. No es un santo, pero tampoco un demonio.

-¿Qué ha aportado, a su juicio, como futbolista?

-Son interesantes, en ese sentido, los testimonios que aportan catorce futbolistas que compartieron parte de la carrera con Maradona en todos los equipos en los que éste jugó. "Lobo" Carrasco dice algo fantástico: "es como haber pintado con Picasso o Dalí". Lo resume todo y mejor no se puede decir. Un artista único. Lo que yo valoro más es que era impredecible. Cristiano Ronaldo o Messi son dos fenómenos, pero tienen aspectos predecibles, lo que no pasaba con Maradona.

-¿Messi ha llenado en el imaginario de los argentinos el vacío que dejó Maradona?

-No, en absoluto. Uno de los artículos del libro se titula precisamente "Por qué Messi nunca será Maradona". En parte, es una comparación imposible por los contextos: en la época de Maradona fue en la que más pegaban los defensores. Y está el fondo histórico: Maradona se consagra en el Mundial del 86, poco después de la Guerra de las Malvinas. Y aunque no tenga que ver una cosa con la otra, para los argentinos -con una gran crisis económica, un desastre total- fue una especie de reivindicación; algo, una cosa nos había salido bien. Y esa cosa fue Maradona. Argentina es un país divido incluso antes de su nacimiento y Maradona ha sido la única persona que la logrado la unanimidad. En una semana, que va del partido con Inglaterra a la final con Alemania en el 86, en Argentina hubo esa unanimidad. No es cualquiera, merece un lugar destacado.

-Sí, pero se celebra un gol que hoy sabemos fue ilegal...

-En realidad, están los dos goles: el mejor de la historia de los mundiales, que fue una manera de humillar a Inglaterra, y el que metió con la mano, que fue otra manera de robarles la cartera. Las dos cosas juntas. Un guionista de Hollywood no podría haber previsto algo mejor. En un artículo hablo de "la mano de Dios" porque se utiliza ese gol como pretexto para equiparar a Maradona con un tramposo, lo peor del fútbol, y, en realidad, no está fuera de la ética del fútbol. Nadie reclamó entonces y fue el propio Maradona quien lo admitió después. Volviendo a Messi: Argentina sale subcampeón en el Mundial del 90 y el equipo fue recibido casi con más gente que en el 86; en cambio, el equipo de Messi, en el 2014, también fue subcampeón y el recibimiento fue parco. Constato ese hecho.

-¿Maradona en el Olimpo del fútbol junto a Di Stéfano, Pelé y Cruyff?

-Sí, sí. Pero lo de Maradona va más allá del fútbol. Está entre los cuatro o cinco mejores de la historia, incluido Messi. Fíjese que hace más de veinte años que dejó de jugar y, sin embargo, todos los días salen noticias de él. ¿Qué pasa? ¿Por qué eso no ocurre con Kempes, Platini o Rummenigge? Él sigue ahí.

- Grandísimo futbolista, pero con un lado oscuro por sus adicciones.

-Hay que partir de la base de que es muy difícil ser Maradona. Es una persona que no puede salir a la calle desde que tenía dieciocho años. Ha vivido algo completamente diferente a lo que nosotros podemos vivir o imaginar. Y hay que mirar también su infancia, porque vivía en una casa donde no había ni un grifo. No es que tuviera privaciones, es que no había grifo y tenía que ir por el agua a ciento cincuenta metros, en la calle. Y pasa en la adolescencia de estar en una casa sin comida suficiente a ser famoso. Es evidente que ha cometido errores, reconocidos por él mismo, pero deberíamos tener en cuenta lo que le ha tocado vivir, que es algo increíble. Vuelvo a lo del guionista de Hollywood: es muy difícil imaginar una vida como la de Maradona.

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