El Puerto de El Musel cerró 2018 con unos beneficios de 7,07 millones de euros, lo que representa un descenso del 45,62% respecto al año anterior, cuando los beneficios ascendieron a 13 millones de euros. La contabilidad del año pasado fue aprobada ayer por el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de Gijón. El retroceso económico se debe, entre otras cosas, al descenso de la actividad portuaria, con una caída de los tráficos del 9,94% y a la penalización por amortizaciones anticipadas de préstamos para la ampliación de El Musel.

Pese al descenso respecto al ejercicio precedente, el resultado económico del año pasado ha sido el segundo mejor para la Autoridad Portuaria de Gijón desde que concluyó la obra de ampliación en 2011. Los elevados costes financieros y la amortización de las obras motivaron que hasta 2015 las cuentas del puerto gijonés reflejaran pérdidas, a pesar de que el resultado de explotación fuera positivo. Fue en 2016 cuando se invirtió la tendencia, volviendo a los números negros tras la renegociación de las condiciones de los préstamos con los bancos, una renegociación para reducir los tipos de interés que se prolongó en los años sucesivos. El año 2016 se cerró con 1,20 millones de euros de beneficios.

Aunque las cuentas aprobadas ayer reflejan unos beneficios de 7,07 millones de euros, el Puerto está discutiendo en los tribunales un posible ingreso adicional de 1,98 millones de euros. Se trata de la penalización que había impuesto a Enagás por incumplir los tráficos mínimos a los que se había comprometido cuando la Autoridad Portuaria le otorgó la concesión para construir la regasificadora. Enagás recurrió a los tribunales esa sanción, alegando que la regasificadora está inoperativa por decisión judicial, lo que le ha obligado a rehacer la tramitación administrativa para que pueda operar. El Tribunal Superior de Justicia de Asturias dio la razón a Enagás a finales del año pasado. La Autoridad Portuaria recurrió la sentencia ante el Tribunal Supremo, que aún no se ha pronunciado.

En el caso de que el Supremo diera la razón al Puerto, los 1,98 millones de euros de ingresos adicionales harían que la caída de beneficios en 2018 quedara en un 30% respecto al año precedente, según se apunta desde la Autoridad Portuaria.

Si el año pasado El Musel experimentó un acusado descenso en sus tráficos -en especial por la menor importación de carbón térmico-, el segundo entre todos los puertos de España, en lo que va de 2019 la actividad está siendo pareja al año pasado. Así, en el primer trimestre del año El Musel movió 4.650.599 toneladas, lo que representa sólo un 0,83% menos que en el mismo periodo de 2018.

El aumento en la descarga de mineral de hierro para los altos hornos de Arcelor-Mittal en Veriña, en el tráfico de productos siderúrgicos y en el tráfico de contenedores, compensaron el retroceso en un 13% de los tráficos de carbón térmico y en un 39% de los de carbón siderúrgico.

En otro orden de cosas, el Consejo aprobó ayer la modificación de la concesión de la terminal de cereales de Alvargonzález en el Muelle Moliner, incrementando su superficie en 5.406 metros cuadrados y prolongando el plazo de la concesión hasta septiembre de 2051.

El Consejo también otorgó a Robles Alcalde S.L. la concesión de una terraza en el paseo de la calle Rodríguez Sampedro; la concesión de dos puestos de helados y también la de los bajos de la dársena de Fomento, en el Puerto Deportivo, a Astursercomar para la fabricación de tablas de surf.