Un camarero 39 años de edad y nacionalidad marroquí ha resultado detenido este fin de semana por la Policía Nacional por vender hachís en el interior del bar en el que trabajaba, en el barrio de Pumarín. El arrestado, con antecedentes por malos tratos en el ámbito familiar, trató de evitar su detención encerrándose en la cocina mientras se deshacía del hachís que ocultaba en la parte alta de los muebles.

Los policías de la Brigada de Seguridad ciudadana en su labor preventiva de control del menudeo de drogas en establecimientos y locales de ocio durante el fin de semana, detectaron en las inmediaciones de un local del barrio de Pumarín una afluencia de personas que entraban y salían del bar permaneciendo en el interior menos de cinco minutos. Ante esta estancia tan efímera de los clientes, los agentes establecieron un dispositivo de vigilancia en las inmediaciones para comprobar si se estaba produciendo la venta de sustancias estupefacientes por parte de las personas al frente del negocio.

Esta actividad ilícita se pudo corroborar tras la tramitación de tres actas de incautación de hachís a los clientes que salían del local que admitieron haber adquirido la sustancia al camarero que estaba en la barra. La constancia del tráfico de estupefacientes permitió a los policías realizar una inspección del local que el camarero intentó impedir interponiéndose en la puerta de entrada y al no conseguirlo, intentó también sin éxito, bloquear la puerta de la cocina y encerrarse en ella, por ser el lugar donde ocultaba la droga que distribuía a los consumidores habituales.

Los agentes hallaron un trozo de hachís en la parte superior de los muebles de la cocina por lo que detuvieron al camarero a pesar de la fuerte resistencia que interpuso para evitar que le fueron intervenidos 707 euros que tenía distribuidos sueltos y de forma desordenada, en los pantalones que vestía. El arrestado, de 39 años, vecino de Gijón y nacionalidad marroquí, tenía antecedentes por malos tratos en el ámbito familiar.