La contaminación de las aguas preocupa y mucho. En el caso de Gijón el funcionamiento parcial de la depuradora de la zona este y la suciedad acumulada en el mar motivó a una veintena de personas a manifestarse ayer en la playa de San Lorenzo, donde escribieron en la arena el mensaje "¡¡Depuradora ya!!".

"Es increíble que en una ciudad tan importante como Gijón siga habiendo vertidos fecales en el agua todos los meses. Necesitamos una depuradora que funcione y que sea legal, porque la nuestra incumple la normativa europea", afirmó María Fernández Amor, una de las portavoces del movimiento "Fridays for Future", la iniciativa ecologista liderada por la joven sueca Greta Thunberg, que se ha extendido por toda Europa y tiene su propia delegación en Asturias.

La campaña arrancó en Suecia con huelgas estudiantiles los viernes y hoy ya convoca iniciativas de todo tipo, que buscan concienciar sobre el cambio climático. En el caso de España, ayer se llevaron a cabo manifestaciones en distintas ciudades relacionadas con el agua. "La gente que vive aquí y los turistas tienen que saber que se están bañando en aguas que son dañinas para la salud. El Ayuntamiento tiene que hacer algo y hasta ahora no ha hecho nada", explicó la portavoz Alicia Sánchez Gómez.

Su protesta va más allá de las aguas: también quiere denunciar el impacto de la contaminación del transporte y la industria. "En Asturias tenemos una industria que emite un 10% del dióxido de carbono que se genera en España. Queremos acabar con esta situación porque también es perjudicial para los propios trabajadores", señaló la responsable.

Más de un centenar de asturianos se han unido a la iniciativa, que en los últimos meses ha llevado a cabo acciones como un paro académico el pasado 15 de marzo y protestas por la polución de empresas como Arcelor. Además, el próximo jueves han convocado una huelga estudiantil en Oviedo que ira acompañada de una manifestación en la calle Uría.

El objetivo de "Fridays for Future" es presionar para el cumplimiento del Acuerdo de París, por el que los gobiernos se comprometieron a llevar a cabo medidas para frenar el calentamiento global, que en 12 años podría ocasionar perjuicios irreversibles.