Entre costillas, chorizo y sidra despidieron la Semana Santa Iván Álvarez, Santi Piriz, Laura Chaves y Rebeca Rodríguez. Estos veinteañeros llevan cuatro años sin faltar a su cita con la Primer Sidre l'Añu, la macro espicha que acogió el Museo del Pueblo de Asturias desde el pasado jueves, y que ayer puso el broche de oro a cuatro días de verbena y gran afluencia de público. "Es un plan económico y prestoso. Aprovechamos el rastro y echamos el día aquí", explicaba este grupo de amigos, que acompañaba los culetes con una partida de cartas.

Como ellos decenas de miles de gijoneses y turistas se han dejado caer estos días por el festival sidrero, que, según la organización, ha batido récord de participación "gracias al buen tiempo". "Ha sido todo un éxito, sobre todo se ha visto mucha gente joven, críos, y personas de fuera, especialmente holandeses, aunque también ingleses y franceses", apuntó Marcos Fernández, organizador del evento, que ayer estimaba una asistencia de entre 14.000 y 15.000 personas.

"Nos encanta el folclore asturiano, la sidra, la comida, la música, los paisajes... Gijón es una ciudad muy viva", señalaba la mexicana Mar Villar, que lleva veinte años residiendo en Asturias y ya ha arrastrado consigo a su hermana Oliva y a sus hijos, que acuden cada poco de visita. "Nos llama mucho la atención el escanciado de la sidra; en México no hay nada parecido", explicaba Oliva Villar, que compartía unos culetes con su familia.

La Primer Sidre l'Añu ha ofrecido durante estos días catas, degustaciones, talleres de escanciado, concursos (ayer se celebró el certamen de sidra hecha en madera) y juegos tradicionales, como la rana, la llave o los bolos. Además, desde la organización se quiso apoyar la candidatura de la sidra a bien inmaterial de la Unesco y se instaló un libro de firmas a la entrada del recinto.