Un gijonés de 20 años se sentó ayer en el banquillo del Juzgado de lo Penal número 2 de Gijón acusado de un delito de resistencia a agentes de la autoridad. El joven, aficionado a los grafitis, trató de darse a la fuga dos veces cuando la policía le dio el alto hace dos años mientras realizaba pintadas en calles céntricas de Gijón con su grupo de amigos. La Fiscalía pedía medio año de prisión pero llegó a un acuerdo con la defensa para rebajar la condena a la mitad. Estos tres meses no llegarán a hacerse efectivos porque el acusado carece de antecedentes penales.

Según Fiscalía, el joven realizaba grafitis en calles públicas junto a varios de sus amigos un poco antes de las tres de la madrugada del día 28 de septiembre de 2017. Su error, no obstante - y más allá del deterioro de mobiliario público-, fue echar a correr cuando varios agentes de policía los interceptaron. La persecución comenzó en la calle Corrida y continuó durante varios minutos. El joven arrojó al suelo mientras escapaba una bolsa con varios botes de pintura y, tras ser alcanzado en la calle Libertad, forcejeó con los agentes para intentar darse a la fuga de nuevo.

La acusación veía esta reacción como un delito de resistencia a la autoridad, algo reconocido por el propio acusado, que se declaró culpable para poder rebajar a tres meses el tiempo de condena. Se había pedido también una sanción de 200 euros que ya se había abonado meses después del incidente.