A El Musel llega a primera hora del lunes el "Serenissima" con su centenar de pasajeros -una inmensa mayoría británicos- que harán en Gijón una escala de 16 horas en su etapa asturiana camino de Porstmouth, a donde llegarán el tres de mayo tras haber zarpado el martes pasado de Lisboa. No es la primera vez que este buque atraca en Gijón ni es el crucero más grande que aquí haya hecho escala pero su llegada resulta simbólica en esta ocasión porque supone abrir la temporada de cruceros del año 2019.

Doce buques distintos, diecisiete escalas entre abril y octubre, cerca de 19.000 pasajeros y poco más de 6.500 miembros de la tripulación que harán parada y fonda en Gijón durante algunas horas. Este es el calendario de partida pero puede haber incorporaciones de última hora, como ya ocurriera en años anteriores. El objetivo es poder mantener la media de 30.000 cruceristas de los últimos ejercicios y que supone haber duplicado la cifra de 2015. Por ahora el récord estadístico lo tiene el año 2016 con 33.032 cruceristas contabilizados en 18 escalas. El año pasado el registro descrito en la memoria de gestión de Divertia fue de 32.054 cruceristas en 17 escalas de buques.

Esos 30.000 cruceristas son una gota en el océano de los casi 1, 6 millones de viajeros que recibió la ciudad el año pasado pero la apuesta de Gijón por profundizar en el turismo de cruceros en una apuesta estratégica compartida por los responsables de la Autoridad Portuaria y del Ayuntamiento de Gijón. De potenciar el turismo de cruceros se habla tanto en el Plan de acción de turismo de Gijón 2016-2020 como en el pacto de concertación social "Gijón crece".

En ambos casos, y como una de las estrategias en las que trabaja Gijón desde hace unos años, el turismo de cruceros se vincula a la economía azul que, por ejemplo, tiene otro referente en el proyecto de parque tecnológico abierto al mar en los terrenos de El Natahoyo que antes ocupara el astillero Naval Gijón. Utilizar todos los recursos turísticos vinculados al mar es también línea argumental de ese "Gijón azul" en el que se trabaja. Aunque aquí hay que contabilizar el tropezón de haber perdido la "autopista del mar" con Nantes, en cuya recuperación se dice trabajar.

Turistas extranjeros

Además, y desde el punto de vista de los retos turísticos de Gijón, los cruceros son un mercado de máximo interés porque ayuda a conseguir una desestacionalización del sector en la ciudad y supone una carta de presentación de la oferta turística local ante ese turismo extranjero que se quiere atraer por todos los medios para no depender casi en exclusiva de la situación del bolsillo del turismo nacional. Británicos, americanos y alemanes son los cruceristas que vienen a Gijón. Además, los informes aseguran que los cruceristas son buenos clientes para el comercio de las ciudades donde hacen parada. Las compras parecen ser una de las máximas aficiones de este tipo de viajeros.

Y por ello la atención de Divertia con los cruceristas se deja ver, por ejemplo, en el autobús lanzadera que facilita para que los viajeros vayan directos desde el puerto al centro de la ciudad. Aunque no todos se van de compras. Las excursiones fuera y dentro de Gijón son otra de las posibilidades de quien no se quiera quedar en el barco.

Esta nueva temporada de cruceros llega con varias singularidades. Por ejemplo, un potente mayo con cinco escalas entre las que está la de estreno en Gijón del buque "Ocean Adventurer" con capacidad para 132 pasajeros y 84 tripulantes. Mayo es también el mes de vuelta del gigante "Explorer of the Seas", con 4.290 pasajeros y 1.185 tripulantes y que repetirá en octubre.

Otra novedad es la inclusión de Gijón en los itinerarios de la compañía portuguesa Mystic Cruises con su buque "World Explorer" que atracará en El Musel en septiembre con 176 pasajeros y 125 trabajadores en la tripulación. Desde la Autoridad Portuaria se festeja también el regreso de buques de la compañía alemana Aida Cruises por el potencial de su flota, el gran tamaño de sus barcos y la posibilidad de fidelizar a turistas alemanes.