"Lenguajes propios" era el título del concierto ofrecido anoche en el Teatro Jovellanos por la OSPA. Casi se llena el aforo, se ve que los familiares de los alumnos invitados a participar en la velada musical se presentaron, al menos para aplaudir a sus implicados.El programa lo merecía. Empezó la audición con la obertura de "La novia vendida" de Brett Smetana, una obra que tuvo escaso éxito en su estreno, debido al apercibimiento de una posible invasión de Bohemia. Cuando finalizó la guerra y tras un profundo trabajo de revisión, "La novia vendida", volvió a estrenarse con un sonoro triunfo. Se trata de una obra alegre, llena de energía y vitalidad, que representa una fiesta en torno a una iglesia.

Erich Wolfgang Korngold era checo, había nacido en Brno, pero sus orígenes judíos le llevaron a emigrar a los Estados Unidos, donde completó su carrera. Fue un niño prodigio, a los siete años componía. Era famoso por sus bandas sonoras, casi todas producidas por la Warner Bros. Cuando acaba la II Guerra Mundial decide abandonar el cine para componer obras para salas de conciertos, asi escuchamos ayer su Concierto para violín en re mayor, en tres movimientos. Es una obra interesante, que desarrolla un discurso musical. Una genial trasformación con la que Korngold afirma su categoría como compositor, que lleva hasta un "finale" más técnico que el resto de la obra. El tercer movimiento es juguetón, cierra el concierto con muchos elementos del sinfonismo cinematográfico de la época. Tuvo como solista a una oriental muy joven, Akiko Suwanai, que clavó una interpretación magistral, por su técnica y su sensibilidad. Fue muy aplaudida, tanto que forzó un bis: el Largo número 3, de Juan Sebastián Bach.

El plato fuerte de la velada hay que adjudicárselo a Chaikovski, con su Sinfonía número 5 en mi menor. Una obra tan conocida que la OSPA la dejó planchada. Desde su primer movimiento hasta el final, pasando por la tenebrosidad del inicio hasta los tres valses que componen el tercero. Hemos de decir que no se notó nada en especial, pese a la incorporación de los alumnos. La OSPA está tan rodada que no la frena nada o tal vez eran muy buenos y su adaptación fue completa. Enhorabuena, pues.