Los datos serán para Asturias "el carbón del siglo XXI", y la llamada "minería de datos" será el combustible de la apuesta de la región por la innovación y la creación de nuevos empleos en un campo que no deja de crecer. Así lo sostienen los expertos, y con este convencimiento la Escuela Politécnica de Ingeniería sigue dando pasos en la creación de un nuevo grado en este ámbito, en el que quieren involucrar a los jóvenes estudiantes para que conozcan esta opción como alternativa en su futura formación universitaria: ser ingeniero de datos será en pocos años "garantía de trabajo de calidad y bien pagado".
Así lo indicó ayer el director de la Politécnica, que junto con Manuel Blanco, director ejecutivo de la consultora digital Divisadero presentó ayer la segunda edición del "Datathon", una competición para escolares que busca, precisamente, que puedan trabajar en análisis de datos en un reto singular: la construcción de un sistema de recomendación para la Ópera de Oviedo. O lo que es lo mismo, "analizar los datos de la venta de entradas de la Ópera y el perfil de sus abonados para llegar a más público, conociendo sus intereses y propiciando así que les lleguen alertas por Internet de funciones operísticas en las que puedan estar interesados, como explicaron ayer Blanco y Celestino Varela, director general de la Ópera de Oviedo.
Cuentan para ello con la colaboración de Impulsa, que de este modo pone el acento en "el hecho de que los datos ayudan a dar valor añadido en todos los ámbitos, y lejos de ser algo árido también se puede trabajar en campos como el cultural", indicó Rubén Hidalgo.
La Politécnica ya tiene redactado un borrador del plan de estudios del futuro grado de Ingeniería de Datos, con el compromiso del rector, Santiago García Granda, de que los estudios se pondrán en marcha en el curso 2020-21. Algo que, según los expertos, urge y mucho, y que "al final sólo es cuestión de voluntad: se necesitan estos perfiles día sí y día también, y si sale gente formada se crearán más empresas".
