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Riveiro filma la película del "caso Rambal"

El cineasta gijonés concluye "Si yo hablara", obra en la que cuenta la historia y el crimen aún sin resolver de Alberto Alonso Blanco en Cimavilla

Alberto Alonso Blanco (Rambal).

A Alberto Alonso Blanco, más conocido por el cariñoso sobrenombre de Rambal, lo acuchillaron hasta la muerte en la madrugada del 19 de abril de 1976. Cuarenta y tres años después, su asesinato es aún un caso sin resolver. Popular, muy querido en su barrio de Cimavilla, es el crimen que ha marcado la crónica negra gijonesa del último medio siglo. Sobre esa muerte, que sigue incrustrada en la memoria de la ciudad, han escrito autores como Mauro Muñiz, Juan Cueto o Pachi Poncela. Una página inolvidada de la otra cara de la Luna. La historia ha sido filtrada hasta sendas novelas por Vicente García Oliva y Pablo Antón Marín Estrada. Y con "La tinta del calamar", que también trata el asunto, Miguel Barrero obtuvo hace dos años el prestigioso premio "Rodolfo Walsh" que concede la Semana Negra.

"Tragedia y mito", subtituló Barrero su obra. Y sobre ese mito y esa tragedia ha puesto el foco, nunca mejor dicho, el cineasta José F. Riveiro. La película "Si yo hablara" (frase que Rambal, homosexual notorio, repetía como dando a entender que callaba mucho de lo que sabía) dura veinte minutos y es una reconstrucción del atento y cariñoso vecino que fue Alberto Alonso Blanco. Y un acercamiento, claro, al personaje de barrio que faranduleaba por la noche de Cimavilla con sus travestismos ingenuos y el humor ocurrente.

"He querido rescatar la imagen de Rambal desde el respeto que no siempre se le ha tenido", explica Riveiro. Este gijonés de 1982 ganó hace cuatro años el premio al mejor largometraje asturiano en el Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX) por "La base del éxito" y llegó a ser seleccionado para el de Sitges por "Rebobinando". Es autor también de "La vida en un escenario", donde hace el retrato del cantautor Jerónimo Granda. Acaba de terminar, además, el corto de seis minutos "Matilde". La obra, seleccionada para el Festival de Avilés, ofrece un conmovedor acercamiento a una enferma de alzhéimer.

Pero la gran apuesta de este joven cineasta es quizás "Si yo hablara", película a la que ha dedicado cinco meses de trabajo: "Es la obra de la que más satisfecho me siento". Riveiro ha leído casi todo lo publicado sobre Rambal y tiene su propia hipótesis sobre el caso, pero prefiere que cada espectador "saque sus conclusiones". "He optado por un estilo narrativo opuesto a lo que normalmente hago", añade el realizador. Ha contado, precisamente, con Pachi Poncela. El periodista radiofónico es quien pone la voz a una obra en la que se incluyen fotografías y diverso material videográfico.

"Hay alguna recreación del tema, pero sin llegar a ser dramatización", explica Riveiro. "La obra es el resultado de un guión previo, elaborado a partir de mis conclusiones tras leer todo lo publicado y de hablar con mucha gente. El reto era contar toda esa historia en veinte minutos", añade. Su intención es que la obra pueda estar en la próxima edición del FICX, un festival que siempre le ha tratado bien y en el que ha sido galardonado. En con "Si yo hablara", el director ha querido distanciarse de quienes han querido ver en Rambal más un personaje ("casi un icono de la comunidad gay") que al vecino Alberto Alonso Blanco. Y recordarnos aquella Cimavilla de los pescadores y las cigarreras.

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