Los responsables de Tuinsa Norte pidieron el apoyo de la Guardia Civil para abandonar las instalaciones de la empresa, pasadas las cinco de la tarde, después de que concluyeran sin acuerdo las negociaciones con el comité de empresa para el pago de las nóminas que adeudan a los trabajadores, según explicaron fuentes sindicales.

Representantes del comité valoraron como innecesaria la petición formulada por la dirección a las fuerzas de seguridad, dado que pese al malestar de los trabajadores, no había ningún riesgo de que la cosa se fuera de las manos.

El malestar de la plantilla era patente ya desde antes del inicio de la reunión, cuando los nuevos responsables de la empresa intentaron estrechar la mano a algún trabajador a su llegada a las instalaciones de la compañía, en el polígono industrial de Somonte, y éstos rechazaron darles un apretón. Cuando salieron, los trabajadores los despidieron con abucheos e increpándoles.

La reunión entre sindicatos y los antiguos y nuevos propietarios de la empresa, además del abogado que es el nuevo apoderado de la misma, comenzó a las doce del mediodía y se prolongó durante dos horas y media. A continuación, los gestores de Tuinsa mantuvieron una reunión con los bancos acreedores. Con posterioridad a la marcha de los representantes de las entidades financieras fue cuando la dirección optó por solicitar la presencia de la Guardia Civil, al parecer, ante el temor a que se produjera algún incidente cuando abandonaran las dependencias de la compañía.

La reunión de este mediodía entre empresa y sindicatos es una continuación de la que se celebró el miércoles de la semana pasada, después de que los trabajadores hubieran iniciado un encierro en las dependencias de Tuinsa dos días antes. El encierro se debe al impago de las nóminas. Cuando comenzó la compañía debía la del pasado mes de abril a la mitad de la plantilla. Ahora tampoco a abonado la de mayo. Los trabajadores mantienen el encierro.