La parroquia gijonesa de San Lorenzo ha pedido hoy a su titular desde hace quince años, Herminio González Llaca, que falleció a los 62 años. El sacerdote, que antes de Gijón pasó once años de trabajo parroquial en Versalles (Avilés) ciudad en la que había sido además arcipreste, había sufrido un infarto hace un año cuando se encontraba en la sacristía de la iglesia de San Lorenzo y tenía antecedentes de enfermedad coronaria que debilitaron su salud.

González Llaca es llanisco de nacimiento, criado en Oviedo y se ordenó sacerdote en 1981 en Noreña, por lo que llevaba casi cuatro décadas de trabajo sacerdotal. Fue uno de los tres primeros curas en España a los que llamaron para hacer el servicio militar, y lo hizo destinado en La Coruña, en Artillería. Le llamaban el "pater artillero", como él mismo recordaba en una entrevista en LA NUEVA ESPAÑA. Otros destinos del llanisco, en su misión religiosa, fueron la iglesia de Santo Tomás de Sabugo (Avilés), el Seminario de Oviedo donde fue formador y delegado diocesano de la Pastoral Vocacional; también fue capellán del colegio de paralíticos cerebrales de Latores.

En San Lorenzo puso en marcha la web de la parroquia y se volcó en fortalecer la comunidad, incorporando a gente joven. A su llegada a la comunidad gijonesa, González Llaca ya había dado lección de su forma de entender el sacerdocio. "Soy un cura secular diocesano sin conservantes ni colorantes", dijo entonces, al tiempo que avanzaba que "la forma de ejercer el ministerio ha cambiado. Lo más importante no es el pastor; los sacerdotes vamos y venimos, el único que permanece es Dios y vosotros. Los niños y jóvenes sois el futuro».