La dirección de Tuinsa indicó ayer a los sindicatos que su plan de viabilidad para la empresa pasa por esperar hasta mediados de junio para comenzar a pagar los salarios que adeudan a sus trabajadores. La empresa pagó las nóminas de marzo a la mitad de la plantilla ni de abril a la totalidad. Ahora plantea abonar un 70% de los salarios que les adeuda el próximo 15 de junio y el 30% restante el 15 de julio. Su propuesta incluye además extender a la totalidad de la plantilla por tres meses la regulación temporal de empleo que ahora afecta a la mitad, concluir la pieza que se está construyendo para Cepsa y ampliar capital en 6 millones de euros "a medio plazo".

Tras dos horas y media de reunión los representantes sindicales se levantaron de la mesa ante la "incertidumbre total" que sienten por una propuesta sobre la que albergan dudas respecto al compromiso inversor y recelos ante el planteamiento de la empresa de pagar sólo una parte menor de la deuda salarial con el cobro de facturas pendientes de abonar por clientes de la compañía.

Los sindicatos trasladaron a los trabajadores la propuesta de la empresa y éstos expresaron su rechazo a un planteamiento que supone renunciar a parte de sus salarios, irse al paro y no les ofrece garantías sobre la continuidad de la compañía ubicada en el polígono gijonés de Somonte y dedicada a la fabricación de estructuras metálicas y piezas de calderería media y pesada.

Tras el encuentro con los sindicatos, el apoderado de Tuinsa, el abogado Antonio María Luna Lema; el nuevo accionista, el argentino Alfredo Mitrop, y los anteriores accionistas, José Andrés Mendivil Ardura y Francisco Manuel Menéndez Roces, se reunieron en las oficinas de la empresa con representantes de los bancos acreedores.

Al término de la reunión, los empresarios y el apoderado abandonaron las dependencias bajo la vigilancia de la Guardia Civil. Según representantes sindicales, habían requerido la presencia de las fuerzas de seguridad ante el temor a que se produjeran incidentes, algo que desde el comité de empresa se descartó a lo largo de toda la jornada que fuera a ocurrir, pese al malestar de la plantilla por los impagos, que quedó patente con los abucheos que recibieron los directivos al salir. "No esperarían que les fuéramos a hacer la ola", ironizó ayer uno de los trabajadores de la compañía.