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El ingeniero friki

El candidato "naranja" mantiene viva su pasión infantil por los cómics, que combina con viajar para "ver piedras" y hacer deporte

El ingeniero friki

Al llegar el fin de semana JC -como llama a José Carlos Fernández Sarasola su equipo del grupo municipal de Ciudadanos- se pone su gorra y una de sus cientos de camisetas frikis y se pierde entre el gentío. Unas veces solo, otras con amigos, con Belén su pareja o, semana sí y semana no por eso de las custodias compartidas, con María y Alejandro. Unos hijos adolescentes que han conseguido, por ejemplo, que quien presume de rockero y atesora camisetas de grupos heavys escuche reguetón cuando va en el coche.

Pero no son ni las camisetas ni la música el mayor tesoro de Sarasola. Su pasión son los cómics que devora desde niño y de los que guarda colecciones enteras. Y eso que, matiza, "mi hermano Nacho se lo quedó casi todo". Su hermano Nacho es Ignacio Fernández Sarasola, un reputado profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Oviedo que lo mismo escribe sobre la Constitución de Cádiz que sobre la ideología política de los superhéroes.

José Carlos es el mayor de los dos. Nació en mayo de 1967 en Oviedo porque allí ejercían como docentes sus padres. Luego la familia pasó por Naveces para asentarse a principios de los setenta en Gijón. El ahora concejal pasó de ser el hijo del "profe" a ser el hijo del director cuando su padre asumió ese cargo en el Miguel de Cervantes, de El Cerillero. Se instalaron en la calle Central antes de comprar piso en la venida de Portugal aunque la familia siguió haciendo mucha vida en la zona oeste porque su abuela tenía una tienda en Cuatro Caminos.

Hombre de ciencias, cuando acabó en el instituto Jovellanos se matriculó en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales, en la especialidad de electrónica y automática. Ya titulado como ingeniero industrial fue becario en la EBHI y jefe de una empresa de trabajo temporal, que dejó porque era un trabajo "brutalmente estresante".

Aunque su empresa de referencia desde 1999 ha sido Telefónica. Se presentó a un proceso selectivo sin muchas esperanzas y acabó, de un día para otro, en Barcelona y cuando ya había comprado piso en la Ciudad Condal y no pensaba volver surgió la posibilidad de regresar a Asturias con jefatura en el departamento comercial de grandes clientes.

En Telefónica fue también donde oyó la llamada de la política a través de una compañera que le invitó a asistir a las reuniones de un Ciudadanos aún en proceso de larva. Lo que empezó siendo quedar en una cafetería los viernes para charlar un rato de política le acabó convirtiendo en concejal porque, dice JC, "ya que estás metido en algo, te metes del todo".

Por si no tenía líos suficientes se acaba de incorporar al equipo de baloncesto de padres del Grupo Covadonga y sigue intentando jugar al pádel. A la hora de viajar prefiere los sitios con iglesias y castillos. "Soy un friki de las piedras", confiesa.

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