Gran expectación la que se formó a última hora de la tarde de ayer en la Biblioteca pública Jovellanos. Una ambulancia y un camión de bomberos aparecieron a toda velocidad en su puerta, alertando de una emergencia.

El motivo fue menos grave de lo que cabía esperar, pero congregó a multitud de curiosos a su alrededor. Un adolescente, que se encontraba en el centro estudiando, había enganchado uno de sus dedos en un orificio de una de las sillas metálicas del lugar, quedando su extremidad apresada.

Los integrantes del servicio de bomberos consiguieron finalmente, serrando la silla, liberar al joven, ante la atenta mirada de su grupo de amigos, que grabaron todo con sus móviles, y de una gran cantidad de curiosos que se reunieron en el lugar. El menor no sufrió ningún tipo de daño de gravedad, más allá de un buen susto y una anécdota que recordar durante el resto de su vida.