Con más de dos horas y media de retraso, pero con la misma energía que cabía esperar el Festival Aéreo de Gijón entró en plena adolescencia. Con catorce ediciones a sus espaldas el certamen aeronáutico congregó a más de 150.000 personas, según la Policía Nacional y la Policía Local de Gijón, que tuvieron que esperar a que el cielo se despejara y la lluvia remitiera.

Solamente hubo que lamentar la no presencia de los ultraligeros que permanecían a la espera de indicaciones en el aeródromo de La Morgal. Fueron los únicos que no pudieron volar por culpa de la niebla. El resto de aparatos, helicópteros, aviones y avionetas que conformaban la parrilla hicieron acto de presencia.

Los más aplaudidos, como casi siempre, fueron el Eurofighter y la Patrulla Águila del Ejército del Aire. Los aviones franceses Rafale y los Swiss suizos también dejaron su impronta en el cielo de Gijón en cuanto las condiciones lo permitieron. Las exhibiciones de los helicópteros del 112 de emergencias de Asturias, el Helimer Cantábrico y las naves de la Guardia Civil se sumaron al desfile aéreo.

El año que viene ya está confirmada la que será la edición número 15 del Festival Aéreo de Gijón.