En Gijón hay cientos de locales donde ir a comer. Muchos de ellos han sido reconocidos con premios internacionales, otros llevan años con las puertas abiertas y gracias a su buen trabajo han reciben el aplauso de sus clientes. Pero no todo en la villa de Jovellanos son buenos locales, buena comida y buen servicio, también hay algunos restaurantes que dejan mucho que desear.

La conocida web TripAdvisor, donde los usuarios y clientes de cualquier restaurante del mundo pueden escribir libremente lo que opinan de sus experiencias gastronómicas. Esta herramienta es un arma de doble filo para los hosteleros y si bien en ocasiones las criticas están injustificadas, en otros casos si tanta gente opina de manera similar sobre un mismo local, será por algo. De las 194 opiniones que adornan el historial de este restaurante gijonés, 116 le dan una valoración de pésimo, lo que representan el 60% de los votos. Otros 23 clientes le otorgan una puntuación normal, 18 dicen que su experiencia fue muy buena y tan solo 9 lo califican de excelente.

La mayor parte de las críticas hacen referencia a la comida: "croquetas de NO jamón", escribe uno de los clientes. "El filete lloraba aceite", cuenta otro de los comensales y es que esa es la tónica de casi todos los comentarios. "Salsa de cabrales de diarrea asegurada", explica un turista que continúa de la siguiente manera, "pedimos para picar unas patatas al cabrales, venían hasta con el papel de aluminio".

Pero los malos comentarios no se quedan ahí, la limpieza es otro de los puntos donde más inciden los clientes. "Pedimos 4 cervezas y una de sidra y los 6 vasos sucios, nosotros que somos de Gijón no volveremos", dice un comensal, "¿dónde está sanidad?" se pregunta otro.

El trato por parte de los camareros también destaca por su falta de cortesía. Las opiniones van desde un comentario como "hemos tenido una atención horripilante" a la explicación de otro de los clientes, "camarero borde, maleducado y provocador". Incluso uno de los clientes que pasaron por allí resume en una anécdota su experiencia: "les pedí una caña y un pincho de tortilla. Tras darme la caña, me indican que no tienen pincho, que no les quedan. A la hora de pagar, me dice que la caña son 2€ y le doy un billete de 20€, me lo rechaza de malas formas y me indica que busque suelto. Al sólo tener 1'5€ me explica que se lo de y que me quedé el medio euro de propina. Jamás regresaré".

El restaurante tiene, a juicio de los usuarios, "una ubicación inmejorable y una terraza de envidia", y no les falta razón. Al final otro de los clientes sentencia con una frase que deja a las claras como ha sido su experiencia: "un lugar a evitar como la peste".