La gerencia de Cabueñes, atenta a las quejas por la falta de personal fijo y el exceso de empleados con contratos anuales y muy baja estabilidad laboral, tiene previsto adjudicar en octubre 105 vacantes de enfermería en el hospital. El problema es la fecha escogida: más de sesenta enfermeros con estos contratos anuales y más de una década de experiencia acreditada aseguran que no podrán optar al puesto porque están sancionados hasta el año que viene. Según ellos, se trata de una confusión técnica. Este año habían rechazado otras ofertas de trabajo para poder quedarse en Gijón y gozar de estabilidad hasta, al menos, final de año, que es cuando termina su empleo como eventual. En "la letra pequeña" de estos acuerdos figura una sanción para los que se nieguen a aceptar los cargos e impide a este tipo de trabajadores optar a ninguna otra vacante hasta que se rescinda su contrato. "Es legal porque así figura en el sistema de contratación, pero nosotros no sabíamos que las plazas iban a salir con tanta rapidez, así que estamos fuera", lamentan.
Los afectados consideran que su amplia experiencia en el área V les hace merecedores de una pequeña excepción y solicitan a gerencia, por tanto, aplazar la adjudicación de estas 105 plazas hasta al menos el día 1 de enero. La propuesta serviría para contrarrestar una sanción que los empleados consideran "legal pero injusta", porque aunque sí es cierto que en los pactos de contratación se recoge que si un eventual rechaza una vacante queda "vetado" para cualquier otra hasta el siguiente año, en su momento no se sabía que Cabueñes iba a ofertar 105 puestos fijos para este mismo octubre. "Rechazamos las vacantes por los traslados de los fijos y por la oposición. Ahora no queremos ningún trato de favor, sólo que se aplace la fecha de estas 105 vacantes para que todos podamos optar a ellas en igualdad de condiciones", explican los afectados.
De no ser así, consideran, el propio sistema sanitario saldría perdiendo. "Somos entre sesenta y setenta enfermeros los que estamos en esta situación y, de media, tenemos unos diez años de experiencia; llevamos muchos años dando el callo por este hospital para que ahora nos hagan esto", afirman. Mantener la sanción, entonces, haría que parte de los 105 seleccionados que se incorporen al estatuario fijo del hospital lo hagan pese a tener una menor trayectoria profesional que los 60 excluidos, por lo que a partir del año que viene algunos eventuales, cuyas condiciones laborales son mucho más duras (el número de horas trabajadas es mayor, sobre todo, por cómo se organiza el sistema de guardias) tendrían más bagaje como enfermeros que el nuevo personal con plaza.
El grupo sostiene que los sancionados son, precisamente, "los que aportaban hasta ahora estabilidad al hospital" por repetir año a año su trabajo asistencial en el mismo centro. A su juicio, si con la adjudicación de plazas lo que la gerencia sanitaria pretende es "consolidar" la plantilla del centro, dejarlos a ellos afuera supone más bien "una ruptura" en la asistencia y no una continuidad. "Se suponía que con esas 105 vacantes, que son una barbaridad, se quería fidelizar a los eventuales que llevamos ya tiempo trabajando aquí con muy poca estabilidad laboral. Pero tal y como se ha planteado al final los que tenemos más puntos y experiencia somos los que nos vamos a quedar fuera", concretan.
La solución, explican, es simple. Gerencia está todavía a tiempo de cambiar la fecha de adjudicación de vacantes. Si la aplaza hasta el 1 de enero, los más de sesenta enfermeros afectados podrán incorporarse de nuevo a la bolsa y optar, por orden de puntuación (que tiene en cuenta tanto la experiencia laboral como la formación académica), a los 105 puestos. "Si nos hubiesen explicado que se iban a otorgar todas esas plazas tan rápido y que rechazar las otras nos iba a dejar fuera, no lo habríamos hecho. Llevamos muchos años aquí y queremos quedarnos; sólo pedimos dos meses más de margen", sentencian.
