"Una vaca única en Europa". El ganadero cántabro Agapito Fernández le arrebató ayer el galardón principal del concurso nacional de raza frisona al reputado asturiano José Ramón Badiola, que quedó en segunda posición. Fernández concurrió al certamen con "Llinde Ariel Jordan", una vaca de ocho años y con cinco partos a sus espaldas. Según el juez de esta edición, Cord Hormann, elegir a la ganadora fue "una decisión bastante sencilla": la res ya había quedado subcampeona el año pasado y se mantuvo como una de las favoritas durante los tres días de desfiles y exhibiciones. Aunque sumando todo los premios las ganaderías asturianas hayan logrado mantener su liderazgo, los cántabros se hicieron ayer con tres de los cuatros principales galardones (vaca joven, vaca adulta y gran campeona), dejando a Badiola como líder sólo en la categoría de vaca intermedia. "Hemos ganado una batalla pero nadie puede ganarle la guerra a Badiola; es el mejor ganadero de España y uno de los mejores de Europa", reconoció Santiago Llera, otro de los cántabros premiados.

La pieza de Fernández también fue la ganadora de la sección de vaca adulta, así que tuvo que posar para las cámaras decenas de veces. Parecía casi una mascota. Se paseó tranquila cada vez que le tocó desfilar -más de una participante acabó cansada de dar vueltas y cabeceaba contra su manejador de turno- y esperó paciente a que terminase las sesiones de entrega de diplomas y a que su dueño se abrazase con medio recinto ferial. Y es que el triunfo de ayer le quitó a Fernández, responsable de la ganadería S. A. T. Ceceño, un mal sabor de boca que llevaba repitiéndose ya más de 30 años. "Gané muchas segundas posiciones y algún premio principal en otros concursos, pero esta categoría, nunca", agradeció el empresario. Al borde del llanto, le dedicó el premio a su padre. "Le hubiese gustado poder estar aquí, como hacía siempre, para ver esto".

Llera, por su parte, quedó primero en la categoría de vaca joven, aunque casi se emocionó más por el galardón de su compañero que por el suyo propio. "Nos conocemos de toda la vida, vivimos a 5 kilómetros, y sé lo mucho que ha trabajado para conseguir esto. Cuando venimos a Asturias a competir todos los de Cantabria hacemos mucha piña", aseguró. Él lleva unos 20 años compitiendo en el campeonato gijonés y ya ha dado por asumido que Badiola va a seguir siendo el rey del certamen. "Creo que el juez ha visto que sus vacas tenían algún kilo de más este año, pero tampoco pasa nada. Sigue siendo el mejor ganadero de España", aseguró.

El apelado dio un abrazo a los dos ganadores y no se tomó a pecho quedar en segunda posición. "Creo que se nos ha dado bien. Nos hemos llevado el premio a mejor vaca intermedia, mejor criador y mejor ganadería y, en general, Asturias ha quedado primera como mejor autonomía ganadera. Siguen siendo resultados muy buenos", razonó. Paulino Badiola, por su parte, recordó que su equipo ya ha ganado 24 veces el galardón a mejor criadero y 25 veces el de mejor rebaño nacional. "En este concurso hay muchos premios y siempre nos llevamos varios. El de la gran campeona no pudo ser pero en general estamos contentos", añadió.

Cada vez más exigente

El campeonato de raza frisona repartió en total más de un centenar de medallas, muchas de ellas repetidas en una veintena de reses que fueron descartando a las demás en todas las categorías. En los primeros puestos había siempre una vaca asturiana o una cántabra, quedando siempre por detrás las reses catalana y gallegas, que también se hicieron con algún primer o segundo puesto, aunque el resto de autonomías participantes, Navarra, País Vasco y Castilla y León, no tuvieron gran cosa que celebrar. A ojos de Llera, "siempre ganan los mismos". Y tiene sentido que así sea. "Vas ganando prestigio y te centras en estos concursos, que cada vez son más duros. Hace veinte años no nos pedían ni la mitad de las cosas que nos piden ahora", explicó. Las vacas deben someterse ahora, además de a horas de peluquería, higiene, cardado de cola, afeitado de diseño y peinado de crin, a toda una serie de pruebas más relacionadas con su salud. "El bienestar animal se mide mucho más; la vaca no puede estar estresada. Empezar de cero con este listó es muy difícil", razonó el ganadero.