Gijón ni es Fátima ni Lourdes, pero también tuvo sus "milagros", que acaecieron en el verano de 1634 en el santuario de Nuestra Señora de Contrueces. De ellos habló ayer, en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón, el profesor Agustín Guzmán Sancho, reconocido estudioso de la historia de Gijón y autor de varios libros como las biografías de Julio Somoza y de Acisclo Fernández Vallín o la historia de la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol.

La base de la conferencia es un documento encontrado en el archivo de la parroquia de San Julián de Roces por el sacristán Avelino Fombona. "En las parroquias existen auténticos tesoros", afirmó Vicente Álvarez Gutiérrez, cura párroco de Granda y de San Julián de Roces, quien intervino en el acto.

El documento (24 hojas cosidas con cordel) contiene nueve declaraciones (de las dos personas protagonistas de los milagros y de siete testigos), que fueron interrogadas por el entonces párroco de la iglesia de San Pedro de Gijón. La última declaración está incompleta (faltan hojas), por lo que Agustín Guzmán Sancho aclaró que pudieran haber sido más numerosas las declaraciones. En cuanto a los milagros, el primero fue la curación de Juan de Contrueces, un joven pastor sordomudo, en el mes de julio de 1634, y el segundo (el 8 de septiembre de dicho año), el de Catalina, una mujer que había quedado ciega a causa de una enfermedad. El primero recuperó el oído y el habla y la segunda la vista.