Lo que ve el espectador de "Gijón en el silencio. Un trabajo de Pedro Izaguirre", exposición que el concejal de Cultura, Alberto Ferrao, tiene previsto inaugurar hoy en el Ateneo de la Calzada, es una lección de cómo el pasado sigue dejando sus huellas, de alguna manera, en el presente. Mediante la técnica de la interpolación, al hacer coincidir imágenes de la Guerra Civil en la ciudad con otras fotos de esos mismos lugares en la actualidad, su autor quiere hacernos reflexionar sobre la ferocidad de todo conflicto bélico y sobre una evidencia que a veces olvidamos: las guerras pueden estallar en cualquier parte, al lado mismo de casa, no sólo en países más o menos lejanos.

Pedro Izaguirre establece así, con esta exposición, funcionales y emocionales correspondencias entre aquel Gijón en guerra y este otro de la convivencia pacífica. Y lo hace a partir, fundamentalmente, de la imprescindible colección de fotos que tomó en aquellos terribles años el gran Constantino Suárez, el Robert Capa asturiano. El fotógrafo gijonés documentó de manera extraordinaria la Revolución del 34 o los duros bombardeos de la aviación franquista sobre Gijón, perpetrados por la Legión Cóndor de la Alemania nazi. Y sobre ese fondo que conserva el Muséu del Pueblu d'Asturies hace Pedro Izaguirre su propuesta.

"A través de sus fotos, nos hacemos una idea de cómo pudo ser ese sufrimiento. Sin embargo, no lo asociamos a nuestro entorno, pensamos que es otra ciudad distinta a la nuestra", afirma Pedro Izaguirre. A su juicio, mediante esas interpolaciones podemos entender mucho mejor las escenas que cuentan las fotos de Constantino Suárez.

"Gijón en el silencio" sigue la línea de recuperación de la "memoria histórica" seguida por el Ateneo de la Calzada. Este centro municipal desarrollará además, a lo largo de este mes, varios actos culturales relacionados con la exposición.