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Una toalla con sangre en la basura, clave para identificar a la pareja

El tipo de bolsas que usaban los acusados situó las pesquisas en el barrio tras una exhaustiva revisión de los residuos

Una toalla con sangre en la basura, clave para identificar a la pareja

El exhaustivo análisis de los contenedores de basura situados en frente del piso de Silvia A. M. y Daniel B. S. en los que apareció el bebé cosido a puñaladas, resultó clave en la ardua y exhaustiva investigación policial, que permitió llevar ante la juez a los presuntos responsables del crimen en apenas dos meses desde el macabro hallazgo. El minucioso estudio de los desperdicios que los vecinos de la calle Jenaro Suárez Prendes de Nuevo Roces fueron tirando a la basura en los días sucesivos al suceso permitieron focalizar las pesquisas -que corrieron a cargo de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta y la Policía Judicial con ayuda de la Científica- en la zona. Una toalla con sangre del bebé asesinado y la bolsa de basura en la que estaba envuelto el cadáver dentro de la mochila allanaron el camino a la Policía.

Los agentes revisaron las cámaras de vídeo, las señales de teléfono y recogieron decenas de testimonios por todo el barrio. A los vecinos del número 325, donde vivían los sospechosos, les entrevistaron en varias ocasiones, preguntando si conocían la existencia de alguna embarazada. Solo una inquilina del inmueble lo estaba -y al poco dio a luz felizmente- pero los investigadores estaban convencidos de que los autores materiales del crimen se encontraban muy cerca. Alguien más tuvo que dar a luz en la zona esos días. Y todo porque Silvia A. M., "una joven poco habladora y retraída", ni siquiera había contado su embarazo a su familia, convencida ahora de que la joven no apuñaló al bebé. Mucho menos se lo iba a contar a sus vecinos, que no sospecharon nada.

La clave estaba en la basura y más en concreto en las bolsas que utilizaba esta pareja. Desperdicios que, con la ayuda de Emulsa y Cogersa, pudieron examinar con discreción los encargados de la investigación. De ahí la distinción que la Policía Nacional entregó a responsables de ambas empresas en la pasada festividad de los Santos Ángeles Custodios.

Una vez centrada la investigación en el entorno de Nuevo Roces, los agentes siguieron su intuición para poner nombre y apellidos a los presuntos responsables del crimen. Una vez detenidos los dos por el asesinato el pasado 21 de septiembre, se llevó a cabo un registro minucioso de la vivienda, que no ha trascendido si ha sido hallada. El inmueble, ubicado en la última planta, sigue precintado por la Policía.

Los agentes que llevaron con enorme sigilo el caso siguieron con su investigación en base a las declaraciones de uno y otro para determinar si Daniel B. S. estaba o no al tanto del crimen, como ahora sostiene Silvia A. M.. El chico mantiene que fue ajeno al embarazo y al brutal crimen.

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