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Las infecciones de transmisión sexual, al alza por la "confianza" de los más jóvenes

"Tienen acceso a mucha información, pero no están formados; desde el sistema sanitario estamos fallando", lamentan los expertos

Enrique Oltra y Sara Rodríguez, organizadores de un foro de salud en los Encuentros Internacionales de Juventud de Cabueñes. LUISMA MURIAS

Los jóvenes y adolescentes, como nativos digitales, acceden cada día a todo tipo de fuentes informativas a través de internet. El problema, a ojos de los expertos en sanidad y sexología, es que una mayor difusión de datos no implica ningún tipo de aprendizaje. Así, aunque las nuevas generaciones pueden informarse sobre la importancia de mantener relaciones sexuales seguras y qué recursos tienen en su barrio para garantizarlas, no todos consiguen entender el alcance del problema. "No debemos confundir información con formación sexual y, ahí, el sistema sanitario no está llegando a los rangos de población más vulnerables", razona Enrique Oltra, enfermero, sexólogo y coordinador del foro abierto sobre salud sexual y reproductiva que se desarrolló ayer y anteayer en la Escuela de Comercio, enmarcado en los Encuentros Internacionales de Juventud de Cabueñes. En él, los expertos advirtieron, entre otros aspectos, de un ligero repunte en el diagnóstico de infecciones de transmisión sexual (ITS) en la región.

El repunte es multicausal, según aclararon los ponentes, pero recae principalmente en que el comportamiento sexual entre los jóvenes está cambiando. "La sociedad avanza a toda velocidad y en todos los aspectos de la vida; no debemos culpar a los jóvenes. Lo que sí parece es que el tipo de relación que abunda ahora es más de riesgo que las que había hace años", aclara el enfermero, que recuerda también que, en general, las ITS repuntan en todo el país por razones históricas: la protección en las relaciones sexuales se extendió en los años 90 por miedo a contraer sida, pero la mejora actual en el tratamiento ha eliminado en parte este factor. "Parece que estamos volviendo a confiarnos", lamenta el experto.

El concepto de "vulnerabilidad" ante el acceso a anticonceptivos debe entenderse en un sentido amplio. "A veces el problema es tan simple como que una cría de 16 años no va a ir a por ellos porque la única farmacéutica de su pueblo es muy amiga de su madre", ejemplifica Oltra. "Tampoco ayuda en absoluto que cuando los jóvenes llegan a las consultas los adultos les echemos la bronca. El abordaje en la salud sexual debe ser siempre amigable y accesible", añade. Otra posible medida de mejora es flexibilizar el horario de consultas y centros de orientación. "Puede haber chavales interesados, pero si fijas el horario de 8.00 a 15.00 les dejas fuera. A esa hora están en clase", concreta el organizador.

En Asturias hubo un proyecto que luchaba contra este tipo de barreras. Nació en Laviada y pronto se extendió en varias ciudades de la región. La premisa era simple: sacar a los expertos de los centros de salud y llevarlos a los institutos y casas de cultura locales. "Funcionó muy bien, porque los chavales no se sentían observados. Nadie sospecha si entras a la casa de cultura de tu barrio porque puedes ir a la biblioteca, por ejemplo", defiende el enfermero. El proyecto nació en 1992 y se abandonó por falta de apoyos a los trece años, pero prometía. "Empezamos temiendo que los padres y asociaciones de familias se nos tirasen encima, pero la reacción fue opuesta. Lo único que nos preguntaban era si podíamos atenderles también a ellos", agradece el responsable, que matiza que el sistema sanitario asturiano es "muy bueno". "Todos lo sabemos, pero algo siempre puede mejorar", sentencia.

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