Tres jóvenes gijoneses que por distintos motivos perdieron sus respectivos teléfonos móviles no se les ocurrió mejor excusa -o bien para justificarlo ante sus padres o bien para que el seguro les diese un terminal nuevo- que denunciar que les habían robado por la fuerza sus dispositivos, lo que generó otras tantas investigaciones policiales para esclarecer lo ocurrido. La evidencia de que no existían pruebas que corroborasen sus versiones acabó con estos tres gijoneses, dos hombres y una mujer, confesando que se lo habían inventado, lo que constituye un delito de denuncia falsa que acarrea responsabilidad penal. Puestos a inventar, uno de ellos hasta llegó a reconocer en foto a uno de sus supuestos agresores.

El primer investigado es un joven de 18 años que aseguró que en la madrugada del día 9 de septiembre había sido asaltado por tres individuos con acente sudamericano, que le rodearon, intimidaron y le quitaron el móvil por la fuerza. Este falso denunciante, en Comisaría, llegó a señalar a uno de sus atacantes cuando los investigadores le exhibieron fotografías de personas con antecedentes policiales.

Otra de las implicadas es una mujer que, en su caso, había sido abordada por dos hombres el día 24 de septiembre en la calle Severo Ochoa. Sus supuestos agresores le habían exhibido un objeto punzante para quitarle varias joyas que llevaba en el cuello y 250 euros que tenía en su cartera. Igual que con el tercer denunciante, que explicó cómo el 13 de octubre le habían asaltado por detrás tres hombres en la calle Martín y que, sin mediar palabra, le habían golpeado, tirado al suelo y dado patadas por todo el cuerpo para quitarle el móvil y la cartera. Todo era mentira.

Los agentes del Grupo I de Policía Judicial encargado de la investigación de los robos con violencia o intimidación efectuaron los trabajos policiales para determinar si pudiera tratarse de un mismo grupo de personas que perpetraban estas acciones violentas en la ciudad de Gijón. Realizadas numerosas comprobaciones, cotejos, revisadas cámaras de seguridad y declaraciones de testigos, los investigadores no hallaron ninguna evidencia que corroborara la versión que habían dado los denunciantes, por lo que tras la práctica de numerosas pesquisas para el esclarecimiento de los hechos volvieron a ser citados para ampliar los términos de sus declaraciones y aclarar algunos aspectos sobre el asalto o los itinerarios que eran contradictorios con los indicios hallados en el transcurso de la investigación. Los tres acabaron reconociendo que todo era un invento por justificarse ante su familia o por lograr la indemnización del seguro.

Simulación de delito en el Código Penal

Simular un delito, explican desde la Comisaría de Gijón, es una de las conductas penales que en estos últimos tiempos, según estadísticas judiciales, más ha aumentado en proporción en estos últimos años. La mayoría de las conductas relacionadas con el acto de simular un delito tienen que ver con el cobro de alguna indemnización o cobertura de las compañías de seguros.

La policía siempre informa a las personas que acuden a dependencias policiales a denunciar unos hechos de las responsabilidades que se pueden derivar si se dicen inexactitudes o se miente sobre la comisión de los posibles delitos. Se incluye un párrafo que dice de forma literal "Que ha sido informado de la obligación legal que tiene de decir la verdad (Art.433 de L.E.Cr.) y de la posible responsabilidad penal en la que puede incurrieren caso de acusar o imputar falsamente a una persona una infracción penal o con temerario desprecio hacia la verdad (Art. 456 de Código Penal), simular ser responsable o víctima de una infracción penal (Art.457 de Código Penal), o faltara la verdad en su testimonio (Art.458 de Código Penal)."

Si a pesar de esta advertencia expresa formulan su denuncia, como en los tres casos anteriores, entonces los investigadores adoptarán las medidas legales procedentes contra las personas que han mentido y han puesto en marcha de forma fraudulenta una investigación policial.