Dos inspectores de Servicios Sociales recibieron ayer una paliza a manos de dos de los responsables de una residencia de ancianos privada de Gijón. El local, ubicado en el paseo de San Lorenzo, llevaba un tiempo bajo sospecha por parte del Principado, que le había abierto un expediente por presuntas irregularidades. Cuando ayer se presentaron allí dos funcionarios para revisar las instalaciones, acabaron discutiendo con el dueño del establecimiento y con su madre, quienes llegaron a golpear físicamente a los inspectores entre insultos y amenazas.

La residencia en cuestión, que alberga a siete usuarios, no forma parte de la red pública Establecimientos Residenciales para Ancianos (ERA), pero sí estaba acreditada por cumplir ciertos requisitos estipulados. El Principado, por tanto, revisa de cerca el funcionamiento de estas instalaciones y se adjudica el derecho de arrebatar esta categoría si comprueban que el cuidado a los mayores internados no está siendo adecuado, así que ayer enviaron al local a dos sus inspectores.

El dueño de la residencia y su madre no se tomaron a bien la visita y profirieron insultos y amenazas contra los dos trabajadores. La discusión llegó a las manos por parte de los dueños, que no dudaron en arremeter contra los inspectores a patadas y puñetazos. Según fuentes consultadas por este periódico, la pelea exigió de la presencia policial, se saldó con un parte de lesiones y ya se ha tramitado la correspondiente denuncia por lo sucedido. El dueño, de hecho, está detenido.

Desde la Consejería de Servicios Sociales, que consultada por este periódico confirmó ayer la agresión a los dos empleados, afirmaron también la existencia de un "expediente abierto" y la consecuente denuncia citada porque "siempre se ha garantizado el bienestar de los usuarios", aunque todavía no ha trascendido los motivos concretos de ese expediente.