El acusado de dejar tuerto a otro hombre con un palo tras una disputa el pasado año en el parque de la calle Teodoro Cuesta aceptó esta mañana cinco años de cárcel por un delito de lesiones que se sustituirán por ocho años de expulsión del territorio nacional. El procesado, nacido en Mauritania, reconoció los hechos durante la vista oral en la que las partes alcanzaron un acuerdo que incluye una responsabilidad civil fijada en 9.320 euros por las lesiones causadas y los 40.000 euros por las secuelas. “Me defendí para salvar mi vida, señoría”, argumentó el acusado en el uso de su última palabra.

El joven mauritano, que cumple prisión preventiva desde los hechos, llegó al Palacio de Justicia esta mañana desde el Centro Penitenciario de Asturias. Esposado y escoltado por dos agentes ofreció una monosilábica declaración ante el fiscal, asumiendo que se mantenía en la declaración realizada durante la instrucción. Más extensos fueron, en cambio, sus alegatos cuando ya todo estaba decidido y el pacto se había formalizado en sala. “Nunca he tenido juicios, ese día salí de trabajar, estaba comiendo un bocadillo y fumando un porro hasta que vinieron a pegarme”, enfatizó ante el tribunal. Luego, “me quitaron el dinero, me robaron la cartera y me pegaron, yo solo quería que me dejaran en paz”, continuó. Sobre la víctima, que declaró que él había entrado a mediar en la pelea, el acusado aseguró que mentía y que también le atacó. “Yo me defendí, señoría”, incidió el procesado antes de que se lo llevasen, de nuevo, esposado.

Antes de la última palabra, el Ministerio Fiscal había rebajado de nueve años y medio de cárcel a cinco años de prisión al apreciar la eximente incompleta de legítima defensa y la agravante de reincidencia, pues en 2016 había sido condenado a seis meses de cárcel también por un delito de lesiones. Esta vez, a tenor de las heridas causadas con la rama de un árbol -de alrededor de un metro de longitud-, la pena asciende a los cinco años de cárcel que se sustituirán por ocho años de expulsión de España. “Si por salvar mi vida me tengo que volver a mi país lo prefiero, pero solo me defendí”, llegó a reflexionar el acusado. Todas las partes, incluidas la acusación particular, se adhirieron a las conclusiones del fiscal.

El procesado se encontraba inmerso en una pelea con otro hombre, de nacionalidad búlgara que no fue localizado para el juicio, y en la que medió la víctima de este incidente, natural de Sierra Leona. El acusado agarró una rama de un árbol y le golpeó con ella en la cara, ocasionándole estallido del globo ocular derecho, fractura de la pared medial de la órbita derecha, fractura de huesos nasales y desviación del tabique nasal hacia la izquierda. Unas lesiones de las que tardó en curar 149 días y que precisaron tratamiento quirúrgico mediante tres cirugías, para evisceración del globo ocular derecho, reconstrucción de la zona nasal, y recubrimiento de la cavidad orbitaria con parche de esclera. Como secuela le quedó la pérdida del globo ocular derecho.