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MANUEL SILVA | Coordinador de la colección "Técnica e Ingeniería de España", que hoy se entrega en donación a la Biblioteca de la Universidad de Oviedo en un acto en la Escuela Politécnica de Gijón

"La ingeniería es una profesión medular en el desarrollo de las sociedades modernas"

"El viciado mundo cultural que se propaga hoy desde muchos medios a los chavales no habla de esfuerzo y perseverancia, sino de pelotazos"

El catedrático Manuel Silva, durante una conferencia. RAI

Manuel Silva Suárez es catedrático de Ingeniería de Sistemas y Automática de la Universidad de Zaragoza y coordinador de un proyecto titánico: contar la historia de la técnica y la ingeniería en España en una colección que suma ocho volúmenes, "Técnica e Ingeniería de España", que ha requerido la coordinación de cerca de doscientos autores durante los últimos doce años. Considerada como la "enciclopedia de la ingeniería" en España, este lunes, 18 de noviembre se entregará en donación a la Biblioteca de la Universidad de Oviedo, a través de la Real Academia de Ingeniería (RAI), de la que Silva es miembro y fruto también de las gestiones realizadas a través de la Escuela Politécnica de Gijón. Además, Silva impartirá una charla que lleva por título "Técnica e Ingeniería en España. Visiones desde el Renacimiento a la crisis del petróleo". El acto estará presidido por el rector, Santiago García Granda.

- ¿Qué importancia tiene esta obra para la mundo de la ingeniería?

-"Técnica e Ingeniería en España" no es una obra de ingenieros para ingenieros. En ella se abordan visiones internas de la técnica (conceptos, métodos, etcétera), y externas (sobre su relación (a través de artefactos, sistemas, etcétera.) con la sociedad. Entre los coautores los hay historiadores de la lengua, la literatura, el arte, la economía, la sociología, la filosofía, la ciencia y, naturalmente, la técnica. Es colección para el mundo de la cultura en su más amplio sentido, a la vez que experiencia única. Como se ha llegado a decir desde la revista "Quaderns d'Història de l'Enginyeria", esta es "obra de referencia que no tiene ningún paralelo en el ¡mundo!". Se intenta explicar y describir en una amplio espectro, más que evaluar en términos normativos. Al reflexionar para actuar nos acercamos al ciceroniano: "la historia, maestra de la vida", en particular de la ingeniería.

- ¿Por qué se concreta la donación a la Universidad de Oviedo?

-Es fruto de una conversación ocasional en el marco de un doble encuentro investigador el pasado mes de julio. Surgió la idea, la acepté con el afecto que profeso a una universidad con tanta tradición académica. El profesor Hilario López ha sido el encargado de recordármelo después y de haber guiado el tema hasta encontrar una fecha.

- De todo el legado de la técnica hasta la actualidad, ¿cuál ha sido el desarrollo más importante a su modo de ver?

-Es imposible responder reflexivamente eligiendo un desarrollo particular, porque la técnica, el mundo artificial en que vivimos, es una densa red de elementos fuertemente entrelazados, donde surgen círculos técnicos virtuosos. Si le dijera, por ejemplo, el computador, ignoraríamos que este no sería posible sin la electrónica, esta sin la electricidad, que a su vez necesita de dispositivos mecánicos especiales, los cuales se basan en técnicas de mecanizado y producción, así como en materiales muchos de los cuales necesitan la electricidad, etc. Algo análogo se puede establecer, por ejemplo con los motores de combustión interna, esenciales en el desarrollo de los medios de transporte como la aviación, o el automóvil. En este sentido, ¿se imagina una ciudad actual donde los coches, autobuses y camiones se tuvieran que sustituir por arrastres de sangre? Los problemas de velocidad, capacidad, costo, sostenibilidad e higiene en las ciudades serían dramáticos. ¿Se imagina miles y miles de animales defecando a su antojo saturadísimas vías urbanas?

- ¿Cuáles han sido, entonces, según su criterio, las principales contribuciones desde España?

-Si las contribuciones se plantean como sistema técnico, no pueden olvidarse las relativas a las adaptaciones de lo generado en ámbitos extraños. Por ejemplo, las piritas nacionales no tienen exactamente las mismas características y procedimientos foráneos no son siempre directamente aplicables. Por otro lado, habría que diferenciar si nos limitamos a capacidades de diseño, o diseños más prototipado, o incluyendo su producción industrializada. A bote pronto, pidiendo perdón por las ausencias, y por simpatía, entre las contribuciones diría los renacentistas molinos de regolfo, el telekino, el autogiro (precedente del helicóptero), los conceptos ferroviarios del Talgo, o la fregona "española", esta última de inapreciada trascendencia social.

- En la obra defienden que la técnica también es cultura, ¿no está valorada lo suficiente?

-Sinceramente creo que no. La técnica, donde al decir de Ortega "la ingeniería es la técnica por antonomasia", ha construido un mundo artificial o humano. Sin embargo, en el imaginario se admite simplemente que está, se olvida que ha habido que idearlo, diseñarlo, construirlo y hay que mantenerlo. Piense que falle el sistema eléctrico por unos días. ¿Se imagina las consecuencias? Por otro lado, esta infravaloración relativa tiene origen en culturas clásicas como la griega, aunque pueda decirse que la romana se situase en un polo muy distinto.

- Con las actuales reconversiones del sector industrial en el mundo, ¿qué futuro le augura a la ingeniería y qué papel cree que jugará el ingeniero en el futuro?

-La ingeniería seguirá siendo una profesión medular en el desarrollo de las sociedades modernas. No podemos predecir cuáles serán los campos más activos a finales de siglo, pero seguirá siendo necesaria una profesión que haga saltar el trecho que lleva "del dicho al hecho" en el mundo artificial que habitamos.

- ¿Cuál será la próxima revolución industrial?

-Si nos referimos a la evolución que nos ha llevado a la denominada "industria 4.0", para empezar se seguirán perfeccionamientos notables en las dos primitivas clásicas de la técnica: los materiales y su transformación y la energía. A ello hay que añadir la primitiva genuinamente incorporada el siglo pasado, la información, más la que se vislumbra y que coloquialmente podemos adjetivar como la vida. Pero todas ellas dependen del resto.

- Si existiera la máquina del tiempo ¿de cuáles de nuestros avances se sentiría más orgulloso un ciudadano de la antigüedad clásica?

-Se sentiría perdido por completo. Posiblemente se deprimiera con un síndrome paralelo al de Stendhal para el arte, ante la contemplación de tal acumulación de bellísimos y utilísimos sistemas técnicos. Posiblemente no se recuperara (risas).

- Desde la Real Academia de Ingeniería (RAI), de la que usted es miembro, también han impulsado acciones para revertir la escasa presencia de mujeres en las carreras técnicas, ¿es posible lograrlo?

-Se están invirtiendo esfuerzos y hay síntomas que apuntan en positivo.

- Los chavales de hoy ya no quieren ser ingenieros, ¿se ha perdido la cultura del esfuerzo? ¿cómo lo viven desde la Universidad?

-No se puede aceptar que no quieren ser ingenieros. En gran parte, lo que ocurre es que son carreras exigentes y el viciado mundo cultural que se propaga desde muchos medios no habla de esfuerzo y de perseverancia, sino de pelotazos. En la Universidad yo disfruto viendo alumnos que con seguridad harán carreras profesionales magníficas, utilísimas para la sociedad. Como profesor e ingeniero, mi ambición es que me superen profesionalmente.

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