"Muchas veces me han dicho que no parezco gitano, le gente tiene muchos estereotipos sobre nosotros y cuando ven que trabajamos y hacemos cosas no les cuadra". Quien habla es Josué Gabarre, gitano gijonés de 19 años que acaba de hacerse con un contrato de trabajo para el área de restauración de Ikea. Él es uno de los quince jóvenes que han finalizado el programa "Aprender trabajando", un proyecto de la Fundación Secretariado Gitano y Cruz Roja para favorecer la integración laboral. Porque si encontrar trabajo hoy en día es complicado, para los gitanos lo es mucho más, y de manera especial para las chicas.
"Ellas sufren doble discriminación, como mujeres y como gitanas, y por eso acabar este programa con varios contratos de trabajo para los chicos es un logro para estar contentos. Sobre todo cuando e los quince chavales que han terminado el programa de formación, diez son chicas", señalaba ayer Pepa González, coordinadora local de la Fundación Secretariado Gitano en Gijón en la presentación de los resultados de un plan que ya ha cumplido cuatro ediciones en Asturias.
A Gabarre le ha permitido formarse "en la sección de Ikea Food, en restaurante y en la tienda sueca, porque yo ya tenía experiencia en el sector de la hostelería con trabajos en varios restaurantes y en una cafetería", apuntaba ayer antes de recoger su diploma. Con la alegría añadida de que "tras las prácticas me han seleccionado y me voy a quedar para la parte de restaurante". Además, está estudiando para sacar las tres asignaturas que le faltan del Bachiller a distancia, además de completar varios cursos de atención al público y prestación de servicios, de cara al público "que es lo que más me gusta, me desenvuelvo bien y me gusta el trato con el cliente", reconoce con amplia sonrisa. De ahí que "me digan que no parezco gitano; la gente tiene ideas que no son ciertas, yo he trabajado en hostelería, y también como actor figurante en dos películas, rompo con todo", afirma, antes de subrayar que "sobran estereotipos".
Como él, la ovetense Noelia Montoya, de 18 años, se siente muy orgullosa de sus logros, porque "en mi familia siempre me han impulsado a ello, me han animado a formarme y trabajar, y a mis amigas también", recalca. De su experiencia en este proyecto formativo destaca que "me he sentido muy acogida, los compañeros de Ikea son una pasada. Estuve de prácticas durante cinco meses y medio y ha sido una experiencia magnífica, he aprendido muchísimo sobre todo en el trato con los clientes, y me ha dado mucha experiencia laboral para el currículum", explica. Ahora se queda con un contrato temporal, y eso "es una oportunidad que pocas veces se presenta", que le permite también terminar la ESO a distancia. "Lo llevo todo muy bien, me ha dado mucha confianza en mí misma", afirma, y advierte que "tenemos que demostrar que los gitanos no somos lo típicos que siempre se piensa, somos mucho más de lo que suele salir en las noticias".
La metodología de "Aprender Trabajando" contempla dos periodos diferenciados con distintos contenidos durante los cuales resulta fundamental la tutorización y el acompañamiento y en los que la implicación de las empresas es clave. Este año ha sido Ikea la encargada de aportar una formación de calidad en un entorno laboral real, adaptada a las necesidades de la empresa y con un alumnado altamente motivado y orientado al perfil profesional de comercio. Durante todo el proceso los jóvenes han recibido además una ayuda mensual que ha permitido que el impacto de la iniciativa llegue también a sus familias, la mayoría de ellas en situación de pobreza extrema.
Desde que se puso en marcha el programa, 691 jóvenes gitanos han conseguido un empleo en toda España, con 61 empresas involucradas en la integración.
