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Una mujer de 66 años sin recursos trata de robar un banco en Gijón entregando una nota

La acusada, que se ha negado a declarar y ha sido puesta en libertad, le exigió el dinero de la caja a una empleada con una carta manuscrita

Avenida de la Constitución, en Gijón. Ángel Gonzalez

Extraño intento de atraco en una entidad bancaria de la ciudad. Una mujer de 66 años resultó detenida este miércoles después de intentar robar una oficina de la Avenida Constitución entregándole a una de las empleadas una nota escrita a mano. El mensaje, aunque redactado en un tono amenazante, fue la única forma de intimidación empleada por la acusada, ya que no iba armada ni agredió a ningún miembro de la plantilla. El gesto, sin embargo, asustó a su interlocutora, que activó todos los botones de emergencia disponibles en su mesa. Las llamadas de alerta por parte de la empleada hicieron que la Policía Nacional activase el protocolo de delitos violentos ante el posible atraco. A su llegada, sin embargo, la mujer ya había sido retenida por el propio personal del banco, aunque llegó a mostrar resistencia contra ellos y rompió en pedazos la nota que la delataba. Ayer pasó a disposición judicial y no declaró ni en comisaría ni ante el juez, y quedó puesta en libertad a la espera de que Fiscalía decida o no procesarla.

Por la impresión que dio a las autoridades, la implicada es una mujer con muy pocos recursos económicos que, al parecer, reconoció extraoficialmente que solo buscaba dinero en efectivo para ayudar a su familia, aunque no declaró ante el juez. Estas mismas fuentes suponen que su decisión de este miércoles fue "un mero acto de desesperación" por conseguir dinero rápido.

Según se recoge en el informa del parte policial, sin embargo, la acusada sí amenazó a la empleada que recibió la nota manuscrita. En el mensaje -redactado con una caligrafía poco cuidada, lo que hace intuir a las autoridades que la inculpada carece de formación superior de ningún tipo- "le dejaba claro" que debía entregarle todo el dinero de la caja sin decirle nada a sus compañeros y sin levantar sospechas. En caso de negarse, "la cosa se iba a poner peor", porque a la entrada del banco estaban esperando varios de sus hermanos, dando a entender que el atraco podría volverse violento. La cajera, ante el gesto (entró directamente hacia ella y le dio la carta sin mediar palabra), tuvo dudas de si la mujer iba o no en serio, así que tuvo que preguntarle si la estaba amenazando. Después, pulsó todos los botones de alerta disponibles en su mesa. También pidió ayuda a sus compañeros para que retuviesen a la presunta ladrona hasta la llegada de los agentes. Ante la negativa, a la acusada, que no llega al metro sesenta de altura, no le quedó otra que rendirse -lo de los hermanos esperándola era un farol-, pero tras el proceso de detención y traslado a comisaría perdió toda la serenidad que parecía mostrar al principio y, muy nerviosa, pidió no declarar.

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