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Las regasificadoras españolas rechazan diez barcos al mes al encontrarse saturadas

El cierre de térmicas de carbón y el bajo precio internacional del gas llevan al sistema a su máximo técnico, con la planta de El Musel cerrada

La ampliación de El Musel, con uno de los tanques de la regasificadora a la derecha. ÁNGEL GONZÁLEZ

Las plantas de regasificación españolas, en conjunto, están rechazando desde el pasado mes de septiembre un promedio de 10 barcos metaneros al mes, por insuficiente capacidad de almacenamiento. El gas natural licuado que transportan esos grandes buques sería suficiente para llenar cinco veces los dos tanques de la regasificadora de El Musel, que suman una capacidad de 300.000 m3. La instalación gijonesa acabó de construirse en 2012, pero no ha llegado a entrar nunca en servicio, debido a la anulación judicial de su autorización administrativa, lo que ha obligado a repetirla, encontrándose actualmente en tramitación una nueva declaración de impacto ambiental.

Si hace unos años el frenazo en el consumo de gas en España, a raíz de la última crisis, llevó a hibernar la regasificadora de El Musel, ahora la situación ha cambiado fruto entre otras cosas del cierre de centrales termoeléctricas de carbón, lo que ha beneficiado a la actividad de los ciclos combinados (centrales que quema gas natural). Otros de los motivos son los bajos precios internacionales del gas que llevan a las compañías operadoras a acumularlo, el envío por gasoducto a Francia de gas desembarcado en España y también hay cierto grado de influencia de la ola de frío que hubo hace unas semanas, que propició el aumento del consumo doméstico.

Esta situación ha llevado a que en los últimos tres meses el sistema de regasificadoras españolas estuviera gran parte del tiempo en máximos técnicos, el máximo nivel al que se pueden llenar los tanques de almacenamiento, que por necesidades operativas nunca pueden estar a rebosar. El pico de llenado se alcanzó los días 9 de octubre y 4 de noviembre, en ambos casos con un 94% de llenado de los tanques de almacenamiento de las seis regasificadoras en activo que hay en España. En cuanto a la media, el promedio diario entre septiembre y noviembre fue del 84,6%, según los datos de Enagás.

En esta situación, las regasificadoras españolas sólo están atendiendo las descargas de barcos previstos en los contratos a largo plazo con las compañías gasistas. Los barcos que de manera puntual buscan un puerto para descargar están teniendo que irse a destinos alternativos. Las fuentes consultadas explican que esa es la situación de transportes destinados a transbordos, esto es, la descarga temporal del gas natural licuado en un puerto que no es el destino definitivo del combustible. Esa operativa es, precisamente, la que Enagás quiere dar inicialmente a la regasificadora de El Musel.

La media de diez barcos mensuales que están rechazando las regasificadoras españolas puede verse incrementado a final de año. Las previsiones son que cuando concluya el último cuatrimestre de 2019 hayan quedado sin hueco en los puertos españoles 45 grandes buques metaneros. En lo que va de 2019 en España se han descargado un total de 239 metaneros, cifra que se redondeará hasta los 260 con los huecos que aún quedan de aquí a final de año, según datos de Enagás.

Enagás invirtió 382 millones de euros en construir la regasificadora de El Musel, que fue una de las justificaciones para la ampliación portuaria. La instalación acabó de construirse a finales de 2012, pero su activación fue bloqueada temporalmente por el gobierno, que la hibernó durante unos años por la caída de la demanda de gas en España, como también por varias sentencias judiciales.

Además de la regasificación y de los transbordos de gas natural licuado, otra de las alternativas que se abren para el gas es que este mismo elemento sustituya al fuel pesado como combustible para la navegación. A este respecto se celebrará mañana una jornada en El Musel a la que asistirá el presidente de Enagás, Marcelino Oreja, quien ayer resaltó en otra jornada t´´ecnica celebrada en Madrid el papel del gas natural en la descarbonización: "Es fundamental en el transporte, especialmente el pesado por mar y tierra, como vía para mejorar la calidad del aire ya que reduce cerca del 100% de las emisiones de óxidos de azufre, entre el 80% y el 90% las de óxidos de nitrógeno y entre el 20% y el 30% las de CO2 respecto a los combustibles convencionales".

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