Grietas, desprendimientos de material o grandes charcos por los que arrolla barro son algunos de los peligros a los que tienen que hacer frente los usuarios de "bici extrema" -pump track- de El Polígono. Una instalación que, tras solo ocho meses en funcionamiento "presenta deficiencias graves", en palabra de la edil de Podemos-Equo Laura Tuero, que ayer quiso conocer de primera mano esta problemática. Una situación que, denuncian los vecinos, están presentes casi desde la inauguración del recorrido.

"Es un peligro", se quejan desde la asociación vecinal, que piden "respeto": "es una inversión pública y hay que mantenerla. Más aún después de todo lo que nos costó conseguirla", explican. Meses de lucha hasta que se construyó una instalación que, hoy en día, está casi impracticable.

"Está claro que hubo fallos en la construcción, pero lo que necesita la ciudadanía son soluciones, no excusas", enfatizó ayer Tuero, que presentará un ruego para que se realicen todas las actuaciones necesarias. Para ello, asevera, "es necesario un estudio técnico que permita conocer los problemas que tiene y, a posteriori, acometer las reparaciones necesarias".

Para Tuero, el circuito es "una forma de atraer a los jóvenes a la actividad física y a los valores de convivencia e integración". Algo que refrendan desde la asociación vecinal, remarcando que "en vacaciones y fines de semana, la pista se llena de chavales del barrio y todo Gijón".

La edil podemista critica que "la propuesta que llevamos a Pleno para elaborar un plan director de instalaciones deportivas, que fue aprobada, pretende precisamente que los medios con los que cuenta la ciudadanía para hacer deporte se construyan de una forma adecuada y no estén descuidados", remarcando que "la solución para esta instalación no son los parches". Los vecinos explican que, aunque se reparcheó en varias ocasiones, "sigue igual: siendo un peligro".