La entrada en servicio del colector de aguas industriales de Gijón, una pieza relevante del saneamiento de la ciudad, ha comenzado su cuenta atrás con las tareas para su acondicionamiento que ha comenzado a realizar la Junta de Saneamiento del Principado de Asturias. En la práctica, se trata de la supervisión de una obra que ha costado 24,75 millones de euros, para canalizar las aguas residuales de Arcelor Mittal y de otras instalaciones industriales del oeste de Gijón y del este de Carreño.

La entrada en servicio de este colector se hará con unos meses de retraso respecto a la última previsión manejada por el Principado, cuyo anterior consejero de infraestructuras había establecido el inicio del funcionamiento de este colector para el pasado verano.

La parte principal de la obra lleva años ejecutada, pero no pudo entrar antes en servicio por la necesidad de acometer obras complementarias para adecuarla a cambios de la legislación que le es aplicable. Esos trabajos, con un monto de 285.000 euros, los ejecutó Tragsa en los últimos meses. La construcción del colector de aguas industriales de Veriña, que es como se denomina, forma parte de las obras incluidas en el Plan Nacional de Calidad de las Aguas: Saneamiento y Depuración 2007-2015".

El colector transcurre desde el entorno de la Zona de Actividades Logísticas e Industriales de Asturias (Zalia) hasta la depuradora del oeste de Gijón, en La Reguerona. Las aguas que viertan al mismo las industrias deben haber sido previamente limpiados en depuradoras propias de las factorías, algo imprescindible debido a la carga de productos tóxicos que portan las aguas industriales antes de ser tratadas, en especial las vinculadas a los procesos fabriles de la industria pesada.

El nuevo colector se integra en el sistema de saneamiento de los ríos Aboño y Pinzales, el cual incluye dos lineas de saneamiento independientes; la de aguas residuales urbanas y la de aguas residuales industriales. Esta última cuenta con los colectores de ambos ríos y con la estación de bombeo Aboño-Zalia, desde donde las aguas industriales son impulsadas a la salida de la Reguerona, a la cámara de carga del emisario de Aboño, que vierte mar adentro las aguas residuales una vez tratadas.

El nuevo sistema de aguas residuales industriales de Gijón busca prevenir situaciones como la que se produjo en 2014, cuando se produjeron vertidos contaminantes de la factoría gijonesa de ArcelorMittal, que acabaron acarreando una multa a la multinacional de 1,28 millones de euros.