Los datos son demoledores: Gijón suma un total de 439 personas sin hogar. De ellas, 142 duermen en la calle, y puede que sean más, porque los datos obedecen a una foto fija de un sólo día: la madrugada del pasado lunes al martes, el día en el que un total de 48 voluntarios salieron a las calles para contabilizar el número total de vecinos de la ciudad sin un techo. Un número que puede fluctuar, y que presumiblemente es mayor porque el número de personas que duerme en infraviviendas no es exacto, sino que obedece a los datos aportados por informantes de referencia de las entidades sociales que trabajan con la realidad de calle.

El recuento, que se centró en la calle, suma también a todos los que duermen en los recursos de alojamiento: del albergue a la Cocina Económica o el centro nocturno de baja exigencia y las viviendas de las asociaciones para este tipo de perfiles. En este segundo bloque se ha localizado a 297 personas, de las que 188 son hombres, 79 son mujeres y, otro dato para la reflexión colectiva, 30 son menores de edad, repartidos entre los módulos de familias del albergue Covadonga y la Cocina Económica.

De las personas que fueron localizadas en la calle, la mitad (78 personas) estaban durmiendo en la calle, parapetados en puentes, portales, cajeros, parques y portales de algunos edificios. El resto, 64, se han contabilizado en lo que las asociaciones llaman "chupanos", es decir, chabolas o naves abandonadas en las que se juntan personas sin hogar para pasar la noche. O lo que es lo mismo, infraviviendas sin ningún servicio básico para una vida digna.

Dignidad

DignidadDe dignidad hablaron ayer las entidades que participaron en este proyecto de recuento de las personas sin hogar, pionero en Asturias. El albergue Covadonga, Mar de Niebla, la Cocina Económica, la Asociación Albéniz, el colectivo Na Cai, Identidad Para Ellos y Ellas y los Serenos son los colectivos sociales con trabajo a pie de calle que ayer arrojaron luz sobre una realidad sangrante, con datos para la reflexión colectiva como que una de cada dos personas que vive en la calle está a la intemperie; del total de la población en recursos asistenciales, el 11 por ciento son menores; sólo una de cada diez personas sin hogar en Gijón accede a un recurso de tercer nivel, o que entre la población adulta que hace uso de los recursos asistenciales, el 30 por ciento ya son mujeres, y precisan de una atención específica dada su especial vulnerabilidad en determinados contextos.

El análisis de este perfil de población también revela que hay 97 personas que duermen en recursos de primer nivel, los que suponen el acceso directo desde la calle como en el caso del albergue. La mayoría, 166 personas, están alojadas en otro tipo de viviendas, como pueden ser las de Vipasa o los pisos de que disponen las entidades bajo un compromiso de integración en los recursos sociales. Los menos, 34, han dado un paso más en el acceso a viviendas tuteladas.

Además de ellos, Gijón suma 14 personas adscritas al programa "Housing First", que otorga la propiedad de la vivienda a las propias personas sin hogar. Es la fórmula que defienden las entidades sociales, habida cuenta de que en otros países ha logrado acabar prácticamente con el "sinhogarismo" y de que "el cien por ciento de las persona que accedieron a este programa en Gijón se mantiene en la vivienda", recalcó Alba de la Iglesia, una de las encargadas de exponer los datos del informe.

Una vez obtenida la "foto fija" de la situación de calle en Gijón un día cualquiera, es el momento del "y ahora, qué". Y todas las entidades involucradas en este proyecto lo tienen claro: urge actuar ante "una realidad injusta", en la que sobran prejuicios y estereotipos hacia las personas sin hogar y que, por lejana que parezca, "no lo es tanto, nos puede tocar a cualquiera", recalcan los técnicos de calle.

Con la dignidad como base de toda actuación y el respeto como fundamento que debe regir actuaciones futuras, las entidades han elaborado un documento de propuestas. Entre ellas, la intervención temprana, la prevención, la intervención prioritaria con las mujeres en situación de calle, la coordinación con los profesionales de la salud y la eliminación de las barreras que obstaculizan en el acceso a los servicios y a las prestaciones sociales, como el trámite del empadronamiento.

Más servicios

Más serviciosY de manera más específica, reclaman actuaciones como aumentar el número de servicios de duchas públicas y gratuitas de libre acceso, crear más puntos de lavado y secado de ropa, asistencia gratuita en especialidades como odontología o podología, taquillas públicas para quienes viven en la calle, campañas de vacunación anual, crear salas de ocio para quienes no tienen un hogar, centros abiertos durante 24 horas sin restricción de horarios, más recursos de noche o flexibilizar las estancias de los recursos que ya existen.

"El Ayuntamiento debe liderar el proceso que garantice los derechos de todas las personas contando con la red activa de la inclusión y haciendo un estudio sobre vivienda, considerando que la vivienda es un punto de anclaje fundamental para tener una vida digna", apostilló en la presentación la alcaldesa, Ana González. La regidora recordó que "hubo una época en que el Ayuntamiento trabajaba hacia ese fin en colaboración con el tercer sector, pero se perdió; ahora tenemos que recuperar ese trabajo", señaló. Y para ello apostó por "posibilitar que las personas sin hogar diseñen su camino empleando los recursos de las administraciones, legislando desde distintos ámbitos para garantizar los derechos''. Un camino arduo que no ha hecho más que empezar.