Los responsables de la Empresa Municipal de Servicios de Medio Ambiente (Emulsa) han dado por terminada la campaña de introducción de la recogida selectiva de materia orgánica en El Llano tras realizar una campaña de sensibilización por calles y centros educativos, haber contactado con 250 negocios de hostelería y comercio, realizado seis charlas de sensibilización, repartido 3.600 kits informativos a otras tantas familias e instalado 175 contenedores de tapa marrón.

El Llano se suma así a la gran ruta del contenedor marrón que se ha ido diseñando desde finales de 2015 con aquella primera experiencia piloto en el Polígono de Pumarín. Con El Llano se cierran las acciones previstas por Emulsa para este 2019 que está a punto de terminar pero ya hay trabajo previsto para 2020. Un trabajo fundamental porque Emulsa se ha fijado el reto de completar el año que viene el proceso de implantación de la recogida orgánica en todo el casco urbano gijonés. Para los años 2021 y 2022 quedará hacer lo propio en la zona rural. Todo ello con la intención de conseguir, más pronto que tarde, cumplir el mandato de la Unión Europea de que se reciclen el 50% de todos los residuos que se generen.

A finales de enero comenzará el asalto final. Los equipamientos llegarán a La Arena y las calles de El Natahoyo que aún no disponen de ellos, y desde esas dos áreas se irá avanzando en dirección a la plaza Mayor para dotar del servicio a todo el casco urbano e histórico.

En el plan de actuaciones fijado por Emulsa en el marco del diseño presupuestario para el año que viene también se plantea poner en marcha un circuito de recogida de ese tipo de residuos a grandes productores, principalmente la hostelería en la zona rural.

La ampliación del Llano supone que alrededor del 50% de la población gijonesa tiene acceso a los contenedores marrones. Ahora mismo hay más de 800 distribuidos por, además del Llano y el Polígono, Nuevo Gijón, Nuevo Roces, Montevil, Viesques, Roces, El Lauredal, La Calzada y parte de Jove y el Natahoyo.

Por otro lado, Emulsa acaba de sacar a contratación los trabajos de modificación de cerraduras en las papeleras del muro de la playa San Lorenzo y las obras de reparación del local que tiene en el pozo de tormentas de la avenida de Juan Carlos I -en el entorno del Museo del Ferrocarril y la plaza del Padre Máximo González- que sufren de humedades por las filtraciones de agua en días de lluvia intensa.