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Marc Vidal: "Las empresas con más valor serán las que más talento retengan"

Los teléfonos móviles tendrán en 2025 la capacidad de procesamiento de un cerebro humano, asegura el experto en transformación digital

Marc Vidal, durante su charla de ayer. JUAN PLAZA

En los últimos 150 años se ha innovado tanto como en los anteriores 150.000; en los últimos tres lustros se avanzó tanto en innovación como en el anterior siglo y medio y, en la próxima década, se realizarán más progresos que los realizados desde que el hombre está sobre la faz de la tierra. Así lo aseguró ayer el divulgador y consultor en transformación digital Marc Vidal en unas jornadas organizadas por la consejería de Educación del Principado destinadas a los educadores de la región.

No fue el único dato sorprende que Vidal ofreció en su prolija charla, de una hora de duración y en la que quiso despertar en los presentes ese afán por "transformarse" para así poder adaptarse al futuro. "En el año 2025 los teléfonos móviles tendrán la capacidad de procesamiento de un cerebro humano: 10.000 trillones de ciclos por segundo", enfatizó remarcando que, hace apenas unos años, las capacidades de los dispositivos más innovadores apenas llegaban a la capacidad del cerebro de una rana.

"Vivimos en un momento de innovación exponencial", aseveró Vidal, "las nuevas tecnologías son inabarcables y asustan". Algo que, explicó, ya pasó en otras ocasiones a lo largo de la historia. "La primera revolución industrial se tomó primero como la gran crisis industrial", relató. Algo que sucedió nuevamente hace una década, cuando "la gran crisis financiera de 2008 no fue un origen, sino una consecuencia de la revolución tecnológica que se había iniciado en los años 90, que produjo una deflación del capital".

Precisamente por ello, el conferenciante advirtió de la "necesidad de identificar las disrupciones del mercado" y, como consecuencia de ello, "el que no esté dispuesto a estar aprendiendo constantemente no va a poder adaptarse". Así, incidió en la necesidad de cambiar la formación en pos de una "más especializada" ya que "tenemos la certeza de que la disrupción va a llegarnos, solo falta saber cuándo y con qué tecnologías" porque, explicitó, "todos los límites que se incorporan cuando llegan las tecnologías son negativos".

Tras hacer una serie de preguntas a los educadores sobre sus conocimientos de las nuevas tecnologías que están por venir, Vidal explicó que "lo importante no es 'digital', sino 'transformación'". Así, dio un decálogo de claves a los formadores para que puedan implementarlas en sus clases: "el cliente debe estar siempre en el centro del negocio", "cada vez se van a automatizar más procesos", "se crearán nuevos modelos de negocio" y "el nuevo empleo requiere nuevas capacidades".

En este punto incidió en que "no debemos enseñar cosas que las máquinas saben hacer mejor y más rápido, sino aquellas que no se podrán automatizar, porque serán estas las que tengan un valor incalculable". De hecho, incidió Vidal, "las empresas con más valor en el futuro serán aquellas que más talento retengan, no las que más inviertan en nuevas tecnologías".

Así, entre esas capacidades exclusivamente humanas enumeró el pensamiento lateral y crítico, el razonamiento metafórico, el saber hacer preguntas, el equivocarse mejor, ya que "cuanto antes nos equivoquemos antes aprendemos", la socialización, la inteligencia emocional o la creatividad tecnológica. Todo ello "nos ayudará a comprender qué es capaz de hacer la tecnología en mi trabajo y adaptarme a ello", incidiendo en que "el empleo no me lo va a quitar una máquina, sino el que interactúe mejor con esa máquina".

Vidal finalizó con un mensaje esperanzador: "estamos en un movimiento histórico totalmente inédito, la tecnología sustituirá casi todo, pero debemos poner el foco en lo que solo nosotros podemos hacer", enfatizando que "si la próxima será una era de la tecnología o de la humanidad, está en nuestras manos decidirlo".

Por su parte, la consejera de Educación del Principado, Carmen Suárez, incidió en que "tenemos la responsabilidad de preparar a nuestros alumnos para el futuro", siendo consciente de que "la formación profesional concita cambios tecnológicos y situaciones de mercado variadas y adaptarnos a ello es un reto", pero ahondando en que "debemos asumir los riesgos de renovar nuestra forma de enseñar y poner a disposición de nuestros alumnos las herramientas necesarias para educar en las competencias de futuro".

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