A escasos metros de su sede central, la delegación gijonesa de Proyecto Hombre inauguró por fin ayer su ansiado centro de atención a jóvenes en riesgo de sufrir una adicción. Enmarcado en su programa de prevención "Reciella", la organización tenía centralizado el servicio en Oviedo y atendía "en precario" a más de 80 jóvenes de la ciudad, pero la falta de un centro físico les hizo acumular en los últimos meses una lista de espera de unos 25 interesados. La cesión de un inmueble de la Seguridad Social en la calle Desfiladero de los Arrudos les permite ahora contar con una sede especializada en la que esperan atender cada año a más de 200 usuarios.

Según explicó Julio Jonte, director de Proyecto Hombre, el centro recién inaugurado era una antigua ambición del grupo. "Mucha gente tenía que hacer traslados semanales hasta Oviedo y no siempre era posible. Aquí ya atendíamos en precario a casi 90 personas, pero nos habían recomendado contar con un recurso específico", aclaró. El nuevo centro, que se distribuye en una planta de unos 1.200 metros cuadrados, aúna varios despachos individuales con salones más amplios de convivencia y actividades en grupo. Este método permite, según el responsable de "Reciella", Maximino Ámez Turienzo, que los jóvenes que entren en el programa no sientan la necesidad de confrontamiento. "Hay que llegar a un término medio entre lo que piensan las familias y lo que piensa el chaval, que a veces viene obligado. Ahí ganamos más tomándonos algo con ellos en el salón que metiéndolos directamente al despacho a darle lecciones", razonó. La intervención se enfocará de forma individualizada para acordar un proyecto de vida al usuario, ya sea para retomar los estudios o encontrar un trabajo. Según Jonte, además, en "Reciella" se trabaja cada vez más con las familias, que solo necesitan una orientación para reconducir a sus hijos. "El año pasado atendimos a 529 personas y, de ellas, 323 eran familiares. Casi siempre contactan con nosotros de forma voluntaria", afirmó.

En cuanto al perfil de atención, Jonte puntualiza que los conflictos más habituales en este tipo de jóvenes son una mezcla de consumo de hachís y alcohol, al que últimamente se le suele sumar también el abuso de las nuevas tecnologías como las redes sociales o las apuestas online. "No llegan a ser problemas que puedan ser tipificadas como adicciones, pero sí son conductas de riesgo. De lo que se trata es de evitar que el problema se vuelva más serio", matizó. Desde hoy, cualquier interesado, joven o familiar, puede acudir al nuevo centro solicitando cita previa con Proyecto Hombre.