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Reclaman vigilancia permanente en la Laboral tras precipitarse una joven desde la torre

Los responsables de las instalaciones de la Ciudad de la Cultura habían prohibido subir mochilas después de lanzarse del mirador dos parapentistas

El aviso de la prohibición de subir con mochilas al mirador LNE

Vigilancia permanente. Esto es lo que solicitan usuarios de las instalaciones de Laboral Ciudad de la Cultura y antiguos alumnos del recinto tras precipitarse el pasado viernes una joven de 17 años desde el mirador de la torre. El trágico suceso que ha obligado a suspender las visitas turísticas a la zona durante todo el fin de semana ha recuperado una petición que ya habían hecho pública tiempo atrás, sin obtener respuesta para ello.

La ausencia de los guías que acompañan las visitas a la terraza panorámica que permanece abierta al pública en el punto más alto de la antigua Universidad Laboral de Gijón impidió que ninguno de los presentes se percatase de la maniobra de la chica.

Ayer, en el grupo de Antiguos Alumnos de estas instalaciones se sucedieron los mensajes de pésame a la familia. Pedían "máximo respeto" para los allegados de la joven. "Nos sentimos estremecidos por la triste noticia", manifestaban al tiempo que trasladaron su "máximo apoyo" a la familia de la chica que está atravesando momentos muy duros por la inesperada pérdida. "Desde ayer hay una estrella más luce en el cielo y estamos seguros que será acogida con los brazos abiertos por aquellos 'laboralinos' que hoy ya no están entre nosotros", continuaban en su mensaje de pésame.

El suceso tenía lugar pasadas las seis de la tarde del jueves, cuando la chica se encontraba realizando la visita. Los servicios de emergencia que se desplazaron al lugar, tras ser alertados de inmediato por varios usuarios de las instalaciones, no pudieron hacer nada más que certificar la muerte. Inmediatamente las visitas fueron suspendidas por un período de 48 horas "en señal de duelo", según informaron los responsables de las instalaciones de la Ciudad de la Cultura.

La joven llevaba una nota en el bolsillo. Estaba con varios allegados en Gijón, de visita en la ciudad, pues residía con sus padres y su hermano en Palencia. En un momento de la tarde alertó de que se iría de paseo un rato con unas amigas. Subió, por tanto, hasta las inmediaciones de la Laboral sin compañía y esperó a que el resto de participantes que recorrían el edificio junto a ella comenzasen a abandonar el recinto para arrojarse al vacío. Eran, aproximadamente, las 18.30 horas, durante el último turno de visitas turísticas de la jornada. El azar quiso que en ese mismo grupo de visitantes participasen dos facultativos que habían decidido ocupar su jornada de descanso en visitar el recinto, por lo que habrían sido capaces de actuar casi de inmediato, pero no fue posible debido a que la menor falleció en el acto.

Quienes acuden de manera habitual a la Laboral de Gijón recordaban ayer que en ocasiones el guía que acompaña la subida a la torre se queda con los visitantes en el mirador y , en otras ocasiones, éstos se quedan solos en el mirador mientras los guías bajan en el ascensor a recoger otro grupo.

Una reciente visita de antiguos alumnos de la promoción de 1970 de la Universidad Laboral de Gijón permitió resolver la incógnita en torno al anecdótico episodio en el que dos paracaidistas se lanzaron desde ese mismo mirador aprovechando un descuido del guía que acompaña hasta allí a los visitantes. La respuesta de la Administración regional, responsable de la gestión de los equipamientos de Laboral, fue lanzar una advertencia en la cartelería del edificio para impedir que se volviera a repetir idéntica acción.

En el hall donde se ubica el ascensor para la subida a la torre-mirador se alerta ahora que, "por motivos de seguridad", queda prohibido salir al exterior del piso más alto de la torre con mochilas, maletas o similar, debiendo dejar todas las pertenencias en el interior ( en la planta 17). Asimismo, en esa misma cartelería se exige que los visitantes que hagan saber al guía que acompaña la visita los objetos con los que acceden. Fuentes conocedoras del funcionamiento del recinto insisten que para mantener una vigilancia "normal" en el recinto "debería de haber un guía arriba y otro a la entrada del ascensor". La controvertida medida sobre las mochilas era la respuesta a la acción de dos individuos que se tiraron en paracaídas desde la torre el 21 de octubre. Se lanzaron desde unos 67 metros de altura -desde el punto más alto de la torre hay 120 metros al suelo- hacia la zona del estanque y con la única protección de la bolsa almacenada en un arnés que permite maniobrar hasta el aterrizaje.

Otra solución, plantean algunos, pasar por proteger todo el perímetro del mirador de la torre como en otros monumentos, tratando de así cualquier incidente.

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