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ANA LÓPEZ-CANCIO ROMO | Empresaria y candidata a las elecciones de Asem

"La debilidad de la mujer empresaria es que hace muy poco que es dueña de su patrimonio"

"Tal vez sea el momento de tejer redes estrechas de trabajo y comunicación, porque si nos ayudamos la crisis será menos mala"

Ana López-Cancio. MARCOS LEÓN

Ana López-Cancio Romo empresaria de 53 años con sociedades dedicadas al comercio de alimentación y formación en España y a la importación y exportación de productos en Mauritania y licenciada en derecho, es una de las dos candidatas a las elecciones de la Asociación Empresa Mujer (Asem), cuyas elecciones se repiten después de que las celebradas hace un año las anulara una sentencia por la exclusión de una candidatura encabezada por Charo Gómez Haces, quien no concurre a esta nueva convocatoria. Sí opta a la presidencia un tercer sector, liderado por Elena Fernández Fernández, quien prefirió no conceder una entrevista.

- Se repiten las elecciones tras una sentencia judicial que anuló las anteriores.

-La sentencia declaró anulable el proceso electoral, pero son firmes los actos que hicimos como junta directiva, porque así lo declara la sentencia. Lo que hubo fue un defecto de forma en el proceso. Son cosas que pasan y cada uno arregla las discrepancias como quiere. Más de dos tercios de las asociadas nos escribieron para que convocáramos una asamblea para saber si queríamos o no recurrir la sentencia, para aprobar un régimen electoral interno para que no hubiera más defectos de forma en futuras elecciones y para convocarlas. También se propuso y aprobó en la asamblea el cambio de domicilio social de Oviedo a Gijón, pero que todavía no se hizo efectivo, porque no sabemos si se puede hacer o no si no está la junta directiva en orden.

- Parece que hay una división interna clara, con dos candidaturas para estas elecciones y un tercer sector que impugna la asamblea que las convocó. ¿Qué opina de ello?

-Que haya dos candidaturas me parece muy saludable y es una muestra de que una asociación se democratiza. De hecho, creo que es la primera asociación de mujeres empresarias de Asturias que va a tener un proceso electoral, porque las demás no lo han tenido. No me parece una división, si no una opción que se da en cualquier ámbito democrático de nuestro país; se presentan los programas y se lucha por sacarlos adelante. Luego hay otro sector que está claramente en los juzgados. Nosotros no tenemos constancia, más que por el periódico, de que vayan a recurrir. La división está ahí. Yo creo que todo cambio cuesta mucho de asimilar.

- ¿Cree que esta división interna puede suponer fragilidad para la asociación?

-Si lo sabemos llevar bien, lo que va a hacer es consolidar la asociación, porque es un reflejo de la variedad de personas que hay dentro, con distinto tipo de pensamiento. Si conseguimos hacerlo de forma elegante, la asociación va a salir fortalecida, porque las crisis fortalecen. Si no sabemos hacerlo, se debilitará o probablemente perderá su sentido. Pero yo tengo mucha esperanza, porque las asociadas con las que hablo son mujeres muy fuertes, con ganas de defender una asociación que consideran muy suya y con ganas de tener una representatividad en la sociedad.

- ¿Cuántas asociadas son?

-Hoy 158 con derecho a voto.

- ¿A qué obedece el traslado de la sede a Gijón?

-Porque Empresa Mujer es de carácter autonómico y estaba, durante mucho tiempo, establecida en Oviedo, de manera que parecía local más que autonómica. Y ha habido un crecimiento muy importante de asociadas de Avilés y especialmente de Gijón que apuestan por un proyecto innovador, creativo y nos parecer que lo menos es situarnos cerca de ellas y demostrarles que tenemos una vocación autonómica, no una vocación local.

- ¿Qué diferencia su proyecto de otros?

-El equipo que yo quiero formar va a ser multidisciplinar y más que presidenta me gustaría sentirme coordinadora de ese equipo. Creo que existe una debilidad en la mujer empresaria, derivada de una dificultad muy próxima en el tiempo, que es que hace muy poco que somos propietarias de nuestro patrimonio, una generación. Hasta 1979 todavía se tenía que pedir permiso al marido para poder hacer cosas en el banco. Las pymes de mujeres empresarias tienen mayor dificultad porque les falta corresponsabilidad, les falta crecimiento y les falta trabajo en equipo.

- ¿Corresponsabilidad?

-Con sus maridos y sus familias fuera de la empresa.

- ¿Y el trabajo en equipo?

-Creemos que la mejor manera para poder hacer un cambio radical dentro de las empresas asturianas dirigidas por mujeres es enseñarles a trabajar en equipo, como se hace en las grandes empresas.

- ¿Qué más plantea?

-Un grupo de apoyo psicológico para aquellas empresarias que estén pasando por un fracaso empresarial o por dificultades de cualquier tipo. También pretendemos que haya una comunicación abierta y basada en las tecnologías, algo clave para las alas de Asturias. No vamos a tener ningún posicionamiento político de ningún tipo; no nos parece adecuado que haya una capilaridad, creemos en los movimientos asociativos y civiles de verdad, separados de los partidos.

- Habla de dar apoyo psicológico ante posibles fracasos. ¿Se avecina otra crisis?

-Yo creo que sí, pero no es tan importante que se avecine como ver nuestra posibilidad de salir de ello. Ya sufrimos crisis y muchas de las empresas que hemos aguantado tal vez no estemos con el mismo pulmón para continuar según por dónde vengan los tiros. Tal vez haya que arriesgar y sea el momento de hacer redes estrechas, porque si nos ayudamos, la crisis será menos mala.

- ¿Redes?

-Nosotras creemos que es fundamental crear redes de trabajo y comunicación que crean negocio. Pero creemos que esas redes tienen que ser mixtas, con presencia de hombres. Las asociadas somos mujeres empresarias, pero tenemos que tener actividades en las que los hombres entren, porque creemos en la igualdad. No puedo concebir una relación de negocio si excluyo el 50% de la sociedad.

- Póngame un ejemplo en el que noten que hay desigualdad.

-En el banco, en el momento en el que desaparece el socio masculino parece que se haya marchado la entrada de capital y no tienes la misma credibilidad, aunque parezca que sí. Después hay lugares a los que no sabes cómo llegar porque se consigue a través de relaciones que habitualmente se hace con hombres, como el ir a tomar las copas a un sitio determinado; ahí hay dificultades de conocimiento y de red, porque un empresario normalmente contrata y llama a aquél de quien se acuerda, pero si tú no estás en esos círculos, es muy complicado.

- ¿Pero cuál es el problema para que una mujer pueda acudir a un cóctel, a una comida de negocios o a tomar una copa con otros directivos?

-A veces simplemente no estamos incluidas. La mujer empresaria no tiene una corresponsabilidad en su casa, por lo que son muy pocas las que terminan de trabajar y dan prioridad a unas relaciones comerciales y sociales para crear red. Yo donde más me he apoyado ha sido con empresarios hombres, porque es que hay más y con empresas más grandes y cuando te conocen ya no tienen ningún problema en llamarte. El problema es tuyo de cómo llegas ahí.

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