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Colectivos feministas piden un plan obligatorio de educación sexual y afectiva en los colegios

"Las campañas puntuales ya no sirven", alegan las expertas sobre el repunte de los abusos machistas

Colectivos feministas piden un plan obligatorio de educación sexual y afectiva en los colegios

Un plan regional educativo que regule que todos los centros públicos reciban de forma obligatoria los mismos talleres sobre relaciones afectivo-sexuales. Esta es la medida que sugiere Tini Navas, de la Plataforma Feminista de Asturias, para paliar el repunte de los delitos contra la libertad sexual en la ciudad, que subieron, tal y como informó ayer este diario, alrededor de un 20% respecto a 2018. El colectivo también ven necesarias otras medidas disuasorias, como incrementar el transporte urbano e instalar cámaras de vigilancia en los barrios más periféricos.

El incremento de este tipo de delitos no responde, necesariamente, a un aumento de la criminalidad. "En estos últimos años todas las denuncias de este tipo aumentan, pero lo hacen, sobre todo, porque ahora las mujeres denuncian más. Es como debe ser, hace un tiempo estos abusos pasaban desapercibidos", concreta Navas, que también alerta de un posible "efecto llamada" tras las agresiones mediáticas de "las manadas" en todo el país.

Esta segunda versión también le resulta creíble a Jessica Castaño, de la Asociación de Separadas y Divorciadas: "El nuevo mensaje político más relacionado con la ultraderecha nos está haciendo dar pasos hacia atrás; se nota mucho en gente joven". Su propuesta radica, además de incidir en la educación, en ampliar las actuales campañas de prevención en la ciudad. "Está bien poner el 'punto lila' en verano y en las fiestas, pero el riesgo de sufrir una agresión se mantiene durante todo el año", razona. La creencia de que este tipo de delitos se cometen en un ambiente festivo y por el consumo de alcohol, no es exacta. "A día de hoy el gran problema es la mujer que vive en las afueras y tiene que salir sola de un polígono industrial que no tiene ni vigilancia ni líneas de transporte público", concreta, aunque descarta que la situación justifique una "alarma social": "Gijón no es tan insegura, al menos no si la comparamos con otras ciudades".

Sara Combarros, de la Plataforma 8M, añade otro matiz: ampliarla ley de violencia de género para este tipo de delitos, ya que hasta ahora se exige que la víctima tenga o haya tenido una relación afectiva con su agresor. También considera que el "no es no" debe verse reflejado en las sentencias judiciales, "porque hasta ahora se sigue culpabilizando a la víctima".

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