Fueron tan profesionales y actuaron con tanto sigilo que nadie se percató de lo que había sucedido. Una banda de butroneros asaltó en la madrugada al menos dos empresas situadas en la calle Max Planck del Polígono de Porceyo: la nave Edimar (una empresa de ingeniería), y la de Muniello. Por el momento se desconocen los daños.
Hasta el lugar de los hechos se desplazaron esta mañana varias unidades de agentes del Cuerpo Nacional de Policía de la Comisaría de El Natahoyo. La labor de la unidad científica, por ejemplo, será fundamental a la hora de tratar de identificar a los autores de los asaltos. Las primeras hipótesis apuntan a la presencia en Gijón de una banda especializada que habría abandonado ya la ciudad. La experiencia policial apunta a que este tipo de delincuentes pertenecen a organizaciones fuertemente jerarquizadas que tienen su base a kilómetros del lugar en el que operan.
En este sentido los asaltantes planearían su atraco con tiempo suficiente y sólo visitarían la ciudad en dos ocasiones: la primera para conocer de primera mano la zona y la segunda para el propio asalto.
Los primeros datos apuntan a que los atracadores actuaron con total profesionalidad y con movimientos medidos casi al milímetro. Estudiaron punto por punto las dos naves industriales que pusieron en su objetivo y consiguieron penetrar en ambos establecimientos. La banda de butroneros desconectó las cámaras de seguridad de los negocios antes de entrar y fueron directos a por las cajas fuertes de las empresas. Sus asaltos apenas duraron unos minutos. "Daba miedo entrar de como estaba todo cuando llegamos", relataban esta mañana, aún conmocionados por lo sucedido, los trabajadores de una de las naves asaltadas.
Los responsables de las empresas se encuentran actualmente haciendo balance de daños. En una de ellas los atracadores se llevaron más de mil euros de la caja. Se llevaron portátiles y tablets de los trabajadores además de nuevo material que aún no está inventariado. En el interior hubo muchos destrozos.