La dirección del teatro Jovellanos también aspira a romper, a su manera, la cuarta pared. Y quiso empezar ayer mismo a derribar ese imaginario muro, asunto de tanto meollo teórico y práctico para dramaturgos, directores y actores. El pretexto fue la presentación del programa para los seis primeros meses del próximo año. Y la vía elegida, el acercamiento al público que mantiene vivo una temporada tras otra el coliseo municipal. Fueron los espectadores quienes tomaron el escenario. Una imagen inusual. Un guiño cultural y político, quizás, para poner distancia con anteriores formas de gestionar la histórica instalación del paseo de Begoña.

No salió mal el ensayo. Ni siquiera se lo perdió la alcaldesa, Ana González, que compareció sobre las tablas para escuchar y en calidad de "amante del teatro", según palabras de la gerente de Divertia y, por tanto, del Jovellanos. Lara Martínez, muy crítica en los últimos cuatro años como concejala socialista en la oposición con la política cultural del Gobierno de Foro Asturias, mostró ayer el camino que quiere transitar. Arrancó con una "captatio benevolentiae", o sea, tratando de poner de su lado a los reunidos: "Sois el público que queremos; este es el primer acto cercano que hacemos, el primero de muchos".

El teatro Jovellanos, que ocupa el edificio que era desde 1899 teatro Dindurra, cumplirá el próximo año el cuarto de siglo de su rehabilitación. Tuvo otra reforma hace una década. Con un aforo de algo más de 1.110 butacas, su infraestructura escénica le convierte en uno de los coliseos españoles mejor equipados. Lo subrayaron ayer en sendas grabaciones algunas de las figuras importantes del teatro nacional: desde Alfredo Sanzol y Blanca Portillo, a Andrés Lima y María Hervás. Todos ellos pasarán por Gijón en los próximos meses.

Lara Martínez anunció que tiene en marcha un "estudio de públicos". El planteamiento de fondo es doble: "llegar a los jóvenes" para ganar nuevos espectadores y "fidelizar" a aquellos otros que mantienen la taquilla del Jovellanos. "No podemos permitir que el teatro se muera", dijo la gerente, con frase de inspiración un poco dramática. Hizo después la apología de un arte milenario que sigue vivo porque no hay nada más emocionante que lo irrepetible, esto es, cada actuación en directo. "Somos apasionados del teatro", añadió. Nadie dijo lo contrario o puso en duda esa declaración de principios.

La gerente de Divertia estuvo acompañada por el programador del teatro Jovellanos. Toño Criado es un veterano eficiente, informado, que ha sobrevivido a tirios y troyanos. La programación del próximo semestre incluye una amplia cartelera teatral, además de algunos esperados conciertos ya anunciados. La siempre elegante Dulce Pontes cantará en Gijón el próximo 18 de enero. Están confirmados, asimismo, Juan Valderrama con su "Mujeres de carne y verso", el bailarín y coreógrafo Eduardo Guerrero, el Ballet de Génova o el musical "El jovencito Frankenstein", con siete funciones firmadas para el próximo mayo.

La variada y ecléctica oferta teatral incluye el estreno en castellano de la versión teatral de "Medusa", la novela que el escritor gijonés Ricardo Menéndez Salmón dio a la estampa en 2012. La compañía catalana "La Virgueria", que decidió cancelar la función prevista el pasado mayo en el Jovellanos por indisposición de una actriz, logró en 2016 el premio "Quim Masó" por el montaje en catalán.

Menéndez Salmón se sumó ayer a las explicaciones de Lara Martínez y Toño Criado: "El teatro ha tenido históricamente la vocación de interpelar y generar ciudadanos". El colaborador de LA NUEVA ESPAÑA hizo resaltar que el reloj de toda propuesta escénica en directo es el del "tiempo lento". Así, el teatro como parada ante la "vorágine" del tiempo en que vivimos. Calificó la versión de "La Virgueria" de "espectáculo sorprendente". El escritor está satisfecho porque "Medusa" es novela compleja, nada fácil de trasladar a las tablas: "La obra os perturbará". El Jovellanos dará la bienvenida al 2020 con el tradicional "Concierto de Año Nuevo".