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JUAN CARLOS CAMPO | Director de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón, cumple un año desde el inicio de su segundo mandato

"La Universidad debe ser más protagonista en la próxima ampliación de la Milla"

"La Politécnica se sitúa hoy en el epicentro de la generación de empresas de nuevo valor añadido en Asturias"

Juan Carlos Campo, a la entrada de la Escuela Politécnica de Gijón. MARCOS LEÓN

Juan Carlos Campo (Gijón, 1970) es catedrático de Tecnología Electrónica, doctor Ingeniero Industrial por la Universidad de Oviedo y máster en Dirección de Recursos Humanos. Dirige la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón desde 2014 y este diciembre se cumple un año desde que renovara el cargo para afrontar su segundo mandato en el principal centro de enseñanzas técnicas del campus gijonés. Estos días está de enhorabuena tras recibir el empujón definitivo para implantar el grado de Ingeniería de Datos.

- El último giro en la rescisión del contrato de la residencia universitaria y la asunción del proceso de licitación por parte de la Universidad de Oviedo, ¿permitirá avanzar en el proyecto?

-Que lo licite la Universidad me parece normal, en realidad creo que eso debió ser siempre así. La anomalía era que otro hubiera tenido que hacerlo en suelo de la Universidad. Ya son varios los intentos fallidos y esto implica que hay que pensar en el conjunto de la Milla. La Universidad debería mirar un poco más allá de su ombligo y dar unas condiciones que satisfagan los intereses propios de alojamiento juvenil pero también del entorno.

- ¿Cuál diría que es, a su modo de ver, la potencia de la Politécnica en el conjunto del campus?

-La clave es la presencia de los departamentos en el campus. Fue un acierto en su momento tener aquí una serie de departamentos muy grandes, de los mayores de la Universidad, con mucha actividad investigadora y equipamientos porque la base de una universidad moderna es la base investigadora y tenerlo en nuestro entorno rinde para todos. A esto le unes el Parque Científico y estar en una zona privilegiada de Gijón, con una masa crítica suficiente permite que los recursos se aprovechen bien.

- ¿Y qué hace falta?

-Nosotros tenemos un juego de titulaciones actuales -y en movimiento- creo que interesantes. Para lograr mayor impacto social, aunque nos excede como Escuela, pasa por aprovechar la próxima ampliación del parque Científico. La Universidad podría tener cierto protagonismo en esa ampliación que cae ya más al lado que nunca de nuestras instalaciones.

- ¿Más necesidades?

-Habría que tratar de mover los incentivos hacia el investigador en alguna otra dirección de la que está puesto actualmente, que se dirige básicamente a la publicación de artículos científicos aunque la gente responde bien a ello.

- Porque el sistema obliga...

-Pero hay una enseñanza muy positiva. El sistema no era así antes ni pensaban así. Fue cuando se quiso igualar nuestra universidad a otras universidades más avanzadas del resto mundo. Y eso llevo a poner una serie de incentivos como las publicaciones científicas. Se llegó a ello de forma masiva y ahora la gente está totalmente focalizada en eso. De hecho, hoy día, estamos al nivel de los mejores. Probablemente sea el momento de plantearse si convendría abrir otros nuevos campos donde rendir también.

- ¿Apoyaría que evaluara en la acreditación las colaboraciones de docentes con empresas?

-Aquí son más naturales. Tendría que puntuar casi en negativo. Si no fuéramos capaces de establecer relaciones con la empresa entonces es imposible. Nos gustaría ver es que esta escuela está en el epicentro de la creación de empresas de nuevo cuño con valor añadido en Asturias.

- Tres asturianos con financiación del Consejo Europeo de Investigación no pueden retornar a Asturias. ¿A ustedes les gustaría recuperar a sus talentos?

-En nuestro caso mucha gente sale fuera porque este mundo está lleno de oportunidades y aquí las hay limitadas, que no quiere decir que no las haya, más en el ámbito de la ingeniería, tanto en el ámbito docente como en la empresa. Lo que sí es cierto es que la capacidad de la Universidad de Oviedo para absorber investigadores, con el modelo que hay, es limitadísima. A lo mejor hay que plantear otras cosas. De aquí sale gente muy buena y nos sentimos muy a gusto de que nuestros alumnos puedan competir con sus homólogos de cualquier otra parte de España o del mundo.

- Pero cuando quieren regresar no siempre se dan las circunstancias más favorables.

-Nuestro mundo es global y es bueno que nuestros jóvenes, en todos los ámbitos, tengan un período de formación más allá de nuestro reducido entorno. También debemos capaces de atraer a gente similar de otros sitios.

- ¿Cómo atraer ese talento?

-El talento es muy listo y escoge dónde va. Es un flujo natural. Hay gente buena que va a salir siempre y hay que entrar en el juego de forma que también entre gente y ser atractivos para otro tipo de talento. Uno siempre va a salir hacia un país más desarrollado que el suyo propio. Nosotros de lo que tenemos capacidad es de atraer gente de Latinoamérica y del norte de África, esos son nuestros lugares naturales para atraer talento; más difícil será de otras partes de Europa pero no porque seamos peores.

- ¿Conviene ir a más titulaciones para captar estudiantes?

-Es diferente atraer alumnos extranjeros o perfiles para nuestro entorno productivo. Nuestros puntos fuertes son la situación de esta Escuela, por el entorno, la capacidad investigadora, la formación que se ofrece... pero tenemos también muchos problemas y uno de ellos es que nuestras titulaciones en España son muy parecidas entre sí y esto lleva a que los grandes flujos se vayan hacia las grandes capitales o lugares con una historia singular como Granada o Salamanca. Nosotros no lo tenemos ni unas comunicaciones diferenciadoras, ni alojamiento... por eso, sería de ilusos decir que vamos a hacer una universidad internacional. Lo que sí es verdad es tratar de ser realistas y tenemos másteres que son netamente de alumnos extranjeros. Hay pequeños nichos de oportunidad.

- ¿Organización Industrial fue uno de esos nichos?

-Con Organización no se nota en que se haya ganado alumnos extranjeros porque es muy difícil que vengan a cursar un grado pero sí sucede con los másteres, donde está el juego de la movilidad. Pero se necesita es tener un alojamiento.

- ¿Qué aportará Ingeniería de Datos?

-Tratar de ir en la línea ascendente y crecer por el buen camino. Creer que de la noche a la mañana vamos a conseguir un aumento de extranjeros o de españoles en nuestras titulaciones es un tanto utópico. Ingeniería de Datos se crea de una manera muy pensada con un planteamiento muy atractivo e inovador que lo tiene todo: futuro y buenos sueldos. Y está alineada con los objetivos estratégicos de Asturias, de España, de la Universidad de Oviedo... El planteamiento mitad presencial y mitad online es ya un reto en sí mismo.

- Las dobles titulaciones son una apuesta del equipo rectoral, ¿qué aporta la Politécnica?

-Ingeniería de Datos lleva una propuesta pensada desde el minuto cero para hacer dobles titulaciones con Informática y "Teleco" pero hay que ver que coste tienen. La realidad es que la demanda hoy día exige cierto dinamismo pero tampoco podemos plantear cosas sin sentido. Algunas habrá que crearlas o que nuestra comunidad nos imponga ponerlas; también habrá que evolucionar titulaciones que tenemos e, incluso, llegado el caso, evaluar las que tengan o no sentido. Es verdad que para las dobles titulaciones hay demanda y para la Universidad está muy bien.

- Si mañana se sientan frente a su mesa los dos candidatos al Rectorado, ¿qué les pediría?

-Creo que todos tienen muy presente este campus y lo ven como referente para extrapolar al resto de la Universidad. A todos les transmitimos las mismas inquietudes: la primera, el alojamiento; además de aprovechar la oportunidad histórica de la ampliación de la Milla e invertir en tecnología para la gestión. Conviene pensar seriamente en las infraestructuras y en un plan de renovación de los laboratorios. Y esta escuela de tener representación en órganos de gobierno de la Universidad, no siempre fue así.

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