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Habla uno de los exonerados por el "caso Germán": "La cárcel deja profunda huella"

David Santamaría denuncia, tras pasar por prisión, "el maltrato físico y psicológico" sufrido hasta que la Fiscalía retiró los cargos dos años después

El coche policial que trasladó a David Santamaría al Juzgado tras ser detenido el 19 de julio de 2017. JUAN PLAZA

"Tranquilos, estoy seguro que no he hecho nada; cuando llegué ya había acabado todo". Con esas palabras se despidió de su familia David Santamaría cuando la policía fue a detenerle a su casa el 19 de julio de 2017 por la agresión que sufrió el camarero gijonés Germán Fernández tras una trifulca en la zona de Fomento apenas cinco días antes. Dos años y medio después este joven, que entonces tenía veinte años, ha quedado exonerado por completo de toda responsabilidad en aquellos fatídicos hechos. Es por eso que ahora, después de que la Fiscalía retirase los cargos contra él, ha decidido romper su silencio tras el calvario sufrido todo este tiempo, que le llevó a estar quince días encarcelado en prisión preventiva por un delito que no cometió. "Para mí y para las personas que me quieren esta dura e injusta experiencia ha dejado una profunda huella por el maltrato físico y psicológico que he sufrido", reflexiona David Santamaría en una carta enviada a LA NUEVA ESPAÑA de Gijón.

La madrugada que Germán Fernández cayó gravemente herido en la esquina de Marqués de San Esteban dos jóvenes fueron detenidos (Yeray R. V. e Imad A.) y enviados a prisión. La alta afluencia de personas en Fomento aquella noche disparó los rumores, especulaciones y falsos testimonios que llevaron a muchos testigos a asegurar cosas que no pasaron y a señalar a personas que no estaban. Fue el caso de David Santamaría e Iván R. G., detenidos después de que alguien les implicase. David Santamaría solicitó el "habeas corpus" y explicó al juez que todo se trataba de un error, pero pese a todo acabó en prisión preventiva. "Fui incriminado y detenido de forma inmediata sin considerar siquiera la ausencia de antecedentes penales con el probable objetivo de tener rápidamente un chivo expiatorio y así calmar la agitación de la gente", apunta Santamaría, que fue arrestado en su casa mientras medio millar de personas se concentraba en Fomento y Germán Fernández se debatía entre la vida y la muerte en la UCI del HUCA.

El testigo que incriminó a Iván F. G. se desdijo al día siguiente y este joven solo pasó una noche en prisión. A David Santamaría, en cambio, le quedaban por delante 15 días encarcelado. Todo cambió a raíz de la rueda de reconocimiento en el juzgado. Fue su abogado, Manuel Machargo, consciente de su inocencia, quien le recomendó ir vestido exactamente igual que la noche de autos. El testigo que le señalaba no fue capaz de reconocerle esta vez. Dijo que le había visto en la zona de Fomento, pero no que participase en la agresión a Germán Fernández. Es por ello que fue puesto en libertad, pero siguió como investigado durante toda la fase de instrucción. "He clamado por mi inocencia desde un principio, pero algunos medios de comunicación, redes sociales y ciudadanos me culparon sin pruebas dañando gravemente mi honor, mi imagen pública y privada y causando un gran sufrimiento a mi familia", reprocha Santamaría.

Tras 15 días en prisión, donde compartió celda con un hombre acusado de asesinar y descuartizar a su hermana, siguió acusado dentro de la procedimiento junto a otros siete jóvenes. Una vez concluida la instrucción -contó con hasta tres magistrados distintos- la Fiscalía solicitó que se archivase la causa contra cuatro de ellos, Iván F. G., Illán M. A., Aser P. D. y el propio Santamaría mientras que mantuvo la acusación contra Imad A., Yeray R. V., Jorge Á. G. y Rubén Á. H., que en su día asumió la responsabilidad del único golpe que recibió Germán Fernández antes de caer al suelo y golpearse contra el bordillo. La familia del camarero gijonés recurrió la decisión, solicitando que los cuatro jóvenes exonerados fuesen acusados como cómplices. Finalmente, dos años y medio después, la Audiencia Provincial desestimó el recurso y confirmó el sobreseimiento de la causa contra ellos. "Soy un joven tranquilo y pacífico, con aptitudes positivas y humanas incapaz de pegar a nadie", confiesa David Santamaría, que además de agradecer el apoyo de quienes "nunca han dudado de mi inocencia y han hecho todo lo posible para que triunfe la verdad", concluye su carta "transmitiendo a Germán todos mis deseos de una rápida y total recuperación, estoy convencido de que evolucionará positivamente".

Carta íntegra de David Santamaría

“Me culparon sin pruebas, dañando mi honor”

Mi nombre es David Santamaría y ésta es una carta abierta que he tardado dos años y medio en escribir, a la espera de que se reconociera judicialmente mi completa inocencia en el conocido en Gijón como el “caso Germán”. Inocencia que he clamado desde un principio, pero que algunos medios de comunicación, redes sociales y ciudadanos me culparon sin pruebas dañando gravemente mi honor, mi imagen pública y privada y causando un gran sufrimiento a mi familia. Ello, a tal punto de publicar mi nombre y foto en la portada de un periódico, en algún caso obviando incluso el “presunto” para achacarme la autoría de una agresión a Germán, que no cometí.Creo que nunca se informó de este asunto de manera exhaustiva ni objetiva. Y era fundamental para esclarecer la verdad de lo ocurrido en lo que fue un enfrentamiento entre jóvenes en esa triste noche y que derivó accidentalmente en una desgracia para Germán, que lamento de todo corazón, pero que insisto no estuve directamente implicado. A todos aquellos que lo han puesto en duda, me gustaría decirles que soy un joven tranquilo y pacífico, con aptitudes positivas y humanas, incapaz de pegar a nadie. Sin embargo, he sido víctima de los medios de comunicación que desde que ocurrió el suceso se lanzaron a la especulación y al morbo y no dudaron en cebarse con mi persona dando rienda suelta a bulos. Saltándose también la ética periodística con títulos como “detenido el miércoles el culpable del golpe fatídico a Germán”, sin ni siquiera anteponer el “presunto”.También quiero destacar que, una vez detenido el “presunto” autor de la agresión, yo fui liberado después de horribles 15 días de cárcel, sin ninguna explicación ni disculpa en la misma prensa que semanas antes aireaba mi “culpabilidad”, sin pruebas.He sido víctima además de ensañamiento de las redes sociales, de falsos testimonios que han querido actuar como policías o jueces y de algunos sectores de la opinión pública muy furibundos, pero mal informados, originando un juicio paralelo en la calle.Fui incriminado y detenido de forma inmediata sin considerar siquiera la ausencia de antecedentes penales con el probable objetivo de tener rápidamente un chivo expiatorio y así calmar la agitación de la gente.Me ha dolido incluso que se haya escrito de forma despectiva que practicaba boxeo y/o kingboxing, como si ello significara ser violento o no respetar al ser humano. Tampoco es verdad que fuera expulsado del gimnasio por mala conducta como se escribió, ni el hecho de asistir o abandonar una sala de deporte hace de mí un delincuente o un bruto insensible. El boxeo es un deporte olímpico y no como llegó a escuchar un familiar mío en una cafetería de Gijón, practicarlo era prueba suficiente de ser “un bruto desgraciado y culpable”.Antes de ser liberado después de ¡quince días!, pasé la última noche en una celda en compañía de un detenido por presuntamente matar y descuartizar a su hermana. ¿Qué creen que puede sentir una persona joven e inocente después de una experiencia así?Para mí y para las personas que me quieren, este dura e injusta experiencia ha dejado una profunda huella por el maltrato físico y psicológico que he sufrido.Por todo ello, quisiera que todos aquellos que me juzgaron falsamente sin pruebas recapaciten sobre el daño que han hecho a un inocente y probablemente a otros y el dolor que causan a familias enteras.Mi agradecimiento a todos aquellos que nunca han dudado de mi inocencia y han hecho todo lo posible para que triunfe la verdad, así como los testimonios que se han manifestado voluntariamente y que me han proporcionado confianza, apoyo y cariño.Termino esta carta transmitiendo a Germán todos mis deseos de una rápida y total recuperación. Estoy convencido de que evolucionará positivamente.

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