"Levanto mi copa por nuestros concejos, por un municipalismo más autónomo y por la unión, que, como dice el dicho, hace la fuerza". Ana González, alcaldesa de Gijón, se estrenaba ayer en el tradicional brindis navideño de alcaldes y alcaldesas y lo hacía como anfitriona abriendo el Ayuntamiento gijonés a sus colegas de Oviedo, Avilés, Carreño, Corvera, Villaviciosa, Sariego, Mieres, Langreo y Siero. Junto a ellos Cecilia Pérez en su condición de presidenta de la Federación Asturiana de Concejos. Un brindis para ejemplificar la unidad del municipalismo asturiano y plantear los deseos para el año queviene pero que, se convertía en el remate final al año de celebración del 40º aniversario de los ayuntamientos democráticos.

Muchas caras nuevas tras las elecciones de mayo pero mismas reivindicaciones: la necesidad de dotar a los ayuntamientos de los recursos necesarios para asumir todas sus responsabilidades como administración más cercana y la defensa de la autonomia municipal frente a los límites impuestos por otras administraciones -como la regla de gasto o la tasa de reposición- que atan las manos de los gobiernos locales.

Cecilia Pérez fue la primera en tomar la palabra y defender "la concordia y unidad entre concejos vecinos. Nos une mucho más que lo que nos separa. Todos y todas nos identificamos y tenemos desafíos comunes aunque seamos grandes, pequeños o medianos municipios". La alcaldesa de El Franco auguró que todos los municipios "trabajaremos al máximo de nuestras posibilidades, que mejorarían si pudieramos disponer de los remanentes y se modificaran la regla de gasto y la tasa de reposición, algo inviable con un gobierno en funciones".

La veterana del brindis, la alcaldesa de Avilés, Marivi Monteserín, reivindicó "la colaboración como el único combustible" que puede hacer fuertes a los municipios y más en una comunidad autonóma tan pequeña como Asturias "que debe salir a competir en un mundo muy complejo". Monteserín se encargó de incorporar al discurso de la unidad y el futuro el proyecto de área metropolitana. Al que también hizo referencia la, también socialista, alcaldesa de Gijón, Ana González. No entró al detalle el alcalde de Oviedo, el popular Alfredo Canteli, en un breve discurso donde se confesó encantado de estar en el Ayuntamiento de Gijón y aseguró que "Oviedo será siempre colaboradora fiel en el crecimiento y bienestar de Asturias, como capital de Principado se implicará y siempre estará ahí".

De ese 40 cumpleaños de los ayuntamientos democráticos se acordó mucho en su discurso la anfritriona gijonesa. "Este es un brindis para festejar la madurez de nuestrs corporaciones y de algo que nos concedemos mucho antes de los 40: la mayoría de edad. Una mayoría que comporta responsabilidades y derechos. Las primeras las asumimos desde el primer minuto y ahora corresponde adquirir los derechos", indicó González antes de reivindicar autonómica "frente a la excesiva tutela" del Esado y las comunidades autónomas, un cambio en los planteamientos de financiación y "una capacidad para tomar decisiones empezando por liberarnos del yugo de la tasa de reposición y la regla de gasto".

Mensajes que escucharon Amelia Fernández, Iván Fernández, Alejandro Vega, Saul Bastián y Anibal Vazquez, regidores de Carreño, Corvera, Villaviciosa, Sariego y Mieres. Un Pleno retrasó la llegada de la alcaldesa de Langreo, Carmen Arbesú y Siero estuvo representado por su edil de Hacienda, Alberto Pajares.

Al brindis se sumo otro clásico del evento: el intercambio de presentes entre los regidores. Un libro de Pedro Menéndez fue el regalo de Aviles, una reproducción de Santa María del Naranco el de Oviedo y un reloj "proque el tiempo es oro" el de Gijón.