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Luto de esquelas ilustres

El calendario de 2019 se llevó por delante a destacadas personalidades locales, como Tini Areces, Paco Prendes, Arturo Fernández y Margarita Salas

Margarita Salas.

En el primer minuto del año 2019 fallecía un niño en Gijón, en El Natahoyo, atragantado a causa de una uva. En la primera semana moría Ángel Mayor, exdecano del Colegio de Arquitectos y que en Gijón realizó obras como las piscinas del Grupo Covadonga y del Santa Olaya, y en la tercera semana de enero, entre el día 15 y el 21, fallecieron en Gijón Juan Cueto, Isaac del Rivero, Francisco Prendes Quirós, Vicente Álvarez Areces y Elena de Uña .

Muchas páginas dedicó LA NUEVA ESPAÑA a Juan Cueto Alas, un gran divulgador de la posmodernidad. Como un "intelectual de acción" lo definió Javier Cuervo atendiendo a que Juan Cueto era triplemente licenciado, pensador sobre Asturias, inventor de la crítica en televisión, columnista influyente, fundador de Canal Plus, director de "Cuadernos del Norte" y muchas cosas más. "Intelectual de primera fila", "hombre culto que nos ayudó a crecer", "un visionario" y "un maestro sin discípulos", leemos en muchos artículos necrológicos sobre Juan Cueto.

El mismo día que Juan Cueto moría a los 87 años Isaac del Rivero, un maestro de la novela gráfica, artista, pionero del cómic y fundador del Festival de Cine de Gijón. Fue el dibujante de la mejor literatura, desde Jovellanos a Clarín o Armando Palacio Valdés.

De manera imprevista murió el 17 de enero Vicente Álvarez Areces, el alcalde que transformó Gijón durante sus doce años en la alcaldía, otros doce fue presidente del Principado de Asturias. "Adiós al guerrero Areces" era el titular ante la repentina muerte de Tini Areces y una multitud de gijonesas y gijoneses pasaron por la sala de recepciones del Ayuntamiento para unirse a su despedida. También se reunieron muchos ciudadanos un acto en su recuerdo en el teatro de la Universidad Laboral. Muchos artículos, durante muchos días, se publicaron sobre Tini Areces que al poco fue nombrado a título póstumo Hijo Predilecto de Gijón. Todos ellos incidiendo en su vitalidad, en su compromiso político y en su pasión por la política, y eso desde los años de clandestinidad en el PCE hasta su inesperado final. Fue un político infatigable (era senador por elección en ese momento) y poco antes había dicho a LA NUEVA ESPAÑ: "Mi jubilación política será el día en que me muera".

A las pocas horas de la muerte del exalcalde era Francisco Prendes Quirós quien nos dejaba; cronista de Gijón, abogado, erudito antimonárquico era "el gijonés que proclamó la tercera república" según tituló Francisco García, y sus libros y sus artículos en LA NUEVA ESPAÑA dejaron claro que lo sabía todo sobre la vida política y cultural de Gijón. En su despedida en el tanatorio de Cabueñes se recordó que era un gijonés que confiaba en alcanzar un mundo con ciudadanos libres y no de súbditos. El periódico publicó el 18 de enero el artículo que Paco Prendes Quirós había enviado unos días antes, un escrito que es la obra póstuma de un grande del articulismo.

La "semana negra" terminó con la muerte de Elena de Uña, que había sido durante muchos años secretaria de la Sociedad Cultural Gijonesa, presidenta también; presidenta de Juventudes Musicales de Asturias; parte fundamental en la organización de muchas ediciones del Día de la Cultura, y que durante catorce años, desde 1989 hasta 2003 había estado en el equipo directivo de la Semana Negra. Una semana, esa tercera de enero, que tituló el diario "de duelo ininterrumpido".

En enero también moría Manuel Rodríguez Torre que con el nombre de Molinucu fue una leyenda rojiblanca, 300 partidos había jugado con el Sporting entre 1944 y 1957. En el mes de febrero morían el histórico comunista Gerardo Díaz "El Portu", a los 91 años que había sido en 2016 Medalla de Plata de Gijón; una mujer referente del movimiento vecinal como fue Teresa Escudero, y la Hermana Covadonga. Tenía 91 años Covadonga Donate, la Hermana Covadonga, cofundadora del Albergue Covadonga junto con el jesuita Francisco Herrero y el laico Tomás Marcos. Vivía desde años antes en Ciudad Real y recordaba LA NUEVA ESPAÑA su meritoria labor al frente del Albergue cuando estaba en El Natahoyo, y su apoyo a los trabajadores del naval.

José Ramón Costales era un emblema de la Semana Santa local, por ejemplo era canciller de la cofradía del Santo Sepulcro, y murió a comienzos de marzo. Su funeral llenó San Pedro y el párroco Javier Gómez Cuesta apuntaba, "fui a verlo al hospital pero sus fuerzas expiraron el Miércoles de Ceniza". En San Julián de Somió fue la despedida el 20 de marzo, multitudinaria también, del urólogo J avier Mosquera, cuando tenía 58 años. La jueza Rosario Fernandez Hevia murió también muy joven, a los 60 años, a finales de mayo. Charo Fernández Hevia, mierense, era llamada "la jueza roja", había trabajado 23 años en Gijón y luego en Valencia donde se había jubilado por motivos de salud. Entre otros un artículo del sindicalista Cándido González Carnero recordaba a Charo, que había sido delegada en Asturias de Jueces por la Democracia, y la recordaba como una jueza comprometida y luchadora en el feminismo. A finales de mayo murió el peluquero Delfín Blanco, tenía 58 años, había nacido en Lavandera y era un referente si hablamos de peluquería y estética en Gijón. La despedida de Delfín Blanco fue en la más estricta intimidad, y por el contrario a los pocos días hubo una despedida masiva en San Julián, en Somió. Fue la de Ignacio Fernández Fidalgo fallecido a causa de un infarto a los 62 años; el diario recordaba su trayectoria profesional, por ejemplo fue capitán marítimo de Gijón, y la importante labor de Nacho Fidalgo en cuanto a potenciar la Semana Santa gijonesa.

En julio moría Arturo Fernández. Tenía 90 años, hasta unas semanas antes estaba encima del escenario y el teatro Jovellanos donde tantas veces había actuado lo despedía con un cartel en su exterior: "Hasta siempre, chatín". Muchos artículos en el periódico sobre "un galán de 90 años", sobre "la última función de un Hijo Predilecto de Gijón" y sobre que Gijón iba a ser más aburrido sin Arturo. El último aplauso fue en el teatro Jovellanos donde cientos de gijonesas y gijoneses lo despidieron antes de que su féretro saliera hacia el camposanto de Ceares. A la vez que Arturo Fernández fallecía José Luis Martínez y el mundo de la cultura se volvió a poner de luto por quien había sido, entre otras cosas, presidente durante veinte años del Ateneo Jovellanos.

En pleno agosto nos dejaba María Jesús Guillem, de la heladería La Ibense. Era la tercera generación de la familia de heladeros (el pionero fue Vicente Guillem) procedentes de Ibi, Alicante, que en Gijón dejó huella en cuestión de helados, huella que mantiene. Vicente Guillem vendió primero helados en Gijón de forma ambulante; en 1934 abrió un local, al lado de La Pondala en Somió, y en 1949 se trasladó a La Arena donde La Ibense permanece.

El abogado laboralista Adrián Álvarez, tenía 47 años, murió en octubre. En el acto de despedida en el tanatorio (vemos una foto de su féretro cubierto con la bandera asturiana y claveles rojos) se recordó su largo compromiso político, muy ligado a la Corriente Sindical de Izquierda y su candidatura a la alcaldía en 2007 en las listas del Partido Comunista de los Pueblos de España. Sábado 9 de noviembre, moría en Madrid a los 80 años la gijonesa Margarita Salas. Fue la gran precursora de la mujer española en la carrera científica, trabajó con Severo Ochoa, era la Marie Curie española y fue académica de la Lengua. Como "una pionera honesta, brillante y luchadora" la recordaba en un artículo el ministro de Ciencia, Innovación y Universidades Pedro Duque, y LA NUEVA ESPAÑA rescataba una entrevista de 2009: "Fui un poco bicho raro, se decía que las mujeres no teníamos el cerebro bien amueblado". La científica era Hija Adoptiva de Gijón desde 2003, una calle lleva su nombre en El Bibio desde 2004 y desde este diciembre de 2019 se llama Margarita Salas ese singular espacio en Cabueñes que llamamos Milla del Conocimiento.

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