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Los cuentos clásicos vuelven en asturiano

La editorial gijonesa Impronta publica una nueva serie con algunos de los grandes relatos de Andersen, los hermanos Grimm, Perrault o Southey

Algunos de los libros de la colección de cuentos clásicos de Impronta. ÁNGEL GONZÁLEZ

Son algunas de la narraciones que están al fondo de la memoria de numerosas generaciones de lectores. Y uno de los gozosos árboles de la letras y la cultura occidental. Los cuentos de Hans Cristian Andersen, los hermanos Grimm o Charles Perrault, entre otros, son un maravilloso tesoro que sigue procurando la felicidad de una renovada cohorte infantil que aún descubre entre tanta joyería, como quien no quiere la cosa, lecciones de vida. Relatos clásicos de los que el sello gijonés Impronta ofrece ahora versiones en asturiano en una nueva serie, dirigida a un público con edades entre los cinco y los nueve años.

Es la última propuesta de la editorial que dirige la también ilustradora Marina Lobo. Todos estos cuentos clásicos se ofrecen en versiones de Irene Riera, en formato álbum y encuadernación en tapa dura, con obras de algunos de los mejores ilustradores actuales: María Perera, Alicia Varela o David G. Ferrero. La serie es posible por el apoyo de la Consejería de Cultura del Principado. Y el objetivo, según explican desde Impronta, es "in formando una selecta biblioteca con los más populares cuentos tradicionales, pero en versiones actuales, que conjuguen la fidelidad al espíritu de los originales con el respeto a los valores de los tiempos actuales".

De Hans Cristian Andersen (1805-1875), el populares cuentista y poeta danés, autor de algunos de los grandes títulos de la literatura infantil ( de "El patito feo" a "La sirenita"), publica Impronta "El soldáu de plomo y la bailarina". Irene Riera propone una elegante versión de esta fábula inmortal sobre el valor, la superación, el respeto a la diferencia y el amor entre un soldado de plomo y una bailarina de cartón, tal y como anuncia el título del cuento. Está ilustrado, en esta ocasión, por la gijonesa Alicia Varela (1974). Licencia en Bellas Artes y diseñadora gráfica, es conocida por sus excelentes trabajos para autores como Gonzalo Moure, Alicia Álvarez ("Pulgarina") o Carlos González Espina ("Cápsules de tiempu").

En una biblioteca de cuentos clásicos vertidos al asturiano no pueden faltar los hermanos Jacob (1785-1863) y Wilhelm (1786-1859) Grimm. A la pluma de estos dos filólogos, eruditos e infatigables investigadores de la cultura popular, debemos una muy personal investigación en el depósito popular de los cuentos: de "Blancanieves" a "La Cenicienta", pasando por "La bella durmiente" o "Hansel y Gretel". Irene Riera se inclina, sin embargo, por algunos otros personajes del rico mundo de los Grimm. Nos entrega en la colección de Impronta "Siete cabrites, un llobu y el Gatu les Botes". El elegido para ilustrar esta extraordinaria fábula es David G. Ferrero. Éste ha dibujado historias, por ejemplo, de Javi Bouzas o Xurde Fernández.

Y más clásicos. En "Capellina colorada, el llobu feroz y el Gatu les Botes", Riera versiona uno de los cuentos más conocidos del parisino Charles Perrault (1628-1723), una de las fuentes de todo ese material de cuentos tradicionales que acabaron teniendo una determinada forma literaria: de Caperucita y el lobo feroz a Cenicienta, Pulgarcito, Barba Azul o el gato con botas. El ilustrador de esta versión, al igual que la del cuento de los hermanos Grimm, es el citado David G. Ferrero.

"Ricitos de oro"

Otro de los maestros seleccionados para esta biblioteca de Impronta es el poeta y narrador inglés Robert Southey (1774-1843). Miembro destacado de los "lakistas", es decir, de la primera generación de autores románticos británicos, fue además un destacado hispanista que escribió biografías. Hizo su versión del cuento tradicional "Ricitos de oro y los tres osos", que se incorpora ahora a la biblioteca de Impronta con la propuesta de Irene Riera. Robert Suthey se interesó por esas historia de la niña inquieta que le gusta meter la nariz aquí y allá, llevada por la curiosidad.

La historia está clasificada dentro de los llamados cuentos de hadas. Algunos investigadores creen que el origen de esta narraciones es escocés. Hay diferentes variantes: desde la que condena a Ricitos de oro (el nombre tiene que ver, obviamente, con el cabello dorado de la niña) a ser devorada por los tres osos, a otras en las que esta familia úrsida acaba indicándole a la entrometida el camino de vuelta al hogar. Es una fábula sobre lo inconveniente de meterse en los asuntos ajenos. María Perera (1980), ilustradora también gijonesa, es la encargada de las ilustraciones de "Ricitos doraos y los tres osos tranquilos". Es licenciada en Historia del Arte y ha ilustrado obras de Lucía Tejerina, Miguel Rojo, Javier Adrados o Carlos González Espina.

Aunque no se incluye dentro de esta colección de cuentos clásicos. Impronta acaba de publicar asimismo "Os albióis pequeños", obra del conocido periodista de Cangas de Narcea Cristóbal Ruitiña (1977). El cuento está escrito en gallego-asturiano y protagonizado por dos niños que viven en el territorio de "os albióis", un pueblo prerromano que habita las tierras entre los ríos Navia y Eo.

Las ilustraciones de este cuento de Cristóbal Ruitiña son del castrillonense de Raíces Luis Navazo (1976). Dibujante autodidacta y fotógrafo de formación, es autor de cómics como "Indianu", con el que su autor obtuvo hace dos años el premio "Alfonso Iglesias" de cómic en asturiano.

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