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El THC terapéutico exige un tiempo de uso limitado y dosis bajas para evitar la adicción

Según la última Encuesta de Salud para Asturias, Gijón es el municipio que alberga al mayor número de consumidores frecuentes de cannabis. El estudio cifra en un 10% el porcentaje de usuarios de este tipo, lo que situaría a la ciudad cuatro puntos por encima de la media regional. Aunque en el momento de su publicación los autores advirtieron de que los datos debían interpretarse con precaución por haberse realizado sobre una muestra limitada, el nuevo análisis elaborado en los centros de salud de la ciudad vuelve a poner el foco en este grupo de riesgo, sobre todo, por no haberse logrado todavía concienciar a la sociedad de lo peligros reales de esta droga.

El consumo recreativo del cannabis sigue contaminado por el mito de se trata de una "sustancia natural" con nulos efectos adversos para la salud. Cuando hace décadas comenzó a aislarse los componentes del tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabidiol (CBD), además, muchos enfermos con dolores crónicos o síntomas permanentes de ansiedad y depresión recurren por libre a esta sustancia para aliviar su malestar.

Sin embargo, aunque los efectos terapéuticos de la marihuana sí está probados, los expertos recuerdan que las dosis deben estar pautadas y supervisadas por un profesional, que es el que debe recomendar si el consumo de esta sustancia está indicado o no. Es la única forma de evitar efectos adversos, porque además de la adicción por fumar o consumir dosis elevadas el cannabis también se ha demostrado que puede servir de detonante de brotes psicóticos y provocar episodios depresivos.

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