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El juguete tradicional triunfa por Reyes: más patinetes que drones

La saga de "Harry Potter" y el videojuego de "Fortnite" encandilan a los más pequeños: "Los padres tenemos que ponernos al día"

Sergio, Aída, Diego, Íñigo y Carmen Marqués, ayer, en el puerto deportivo. MARCOS LEÓN

Sus Majestades van a tener que apuntarse a clases de inglés para poder ponerse al día con el gusto de las nuevas generaciones de gijoneses. Los niños de la ciudad, que disfrutaron ayer de su esperado día de Reyes, presumían por los parques del centro de toda una batería de regalos que, en realidad, parecen estar volviendo a lo tradicional. Salvo algún afortunado que se despertó con un dron o un teléfono móvil debajo del árbol, la mayoría salió a la calle con su tradicional carricoche de muñecas, disfraces y armas de juguete. El cada vez más potente negocio de las franquicias y el "merchandising", sin embargo, está complicando un poco la adaptación de los más mayores, que ayer se encogían de hombros ante términos como "máquina de slime" y "Terf de Fortnite". "Hay que ponerse al día", bromeaban.

Tras una primera "fiebre" por los dispositivos electrónicos, ayer se veían, sobre todo, patinetes. Baltasar ya lo había advertido durante la cabalgata del domingo y había pedido "precaución" a los afortunados. En realidad cualquier cosa con ruedas suele tener éxito por Navidad, porque también se vieron a muchos pequeños probando por primera vez su tabla de skate, sus bicicletas (con y sin ruedines) y los tan de moda "longboards" eléctricos. Es probable, eso sí, que los premiados con móviles y consolas sigan al alza y que simplemente no saliesen a la calle. Tendría sentido: apenas se vieron niños ayer por la mañana en los parques de Gijón.

Las franquicias de sagas literarias y videojuegos están ganando fama. Tras el lanzamiento del conocido juego de "Fortnite", el negocio de productos comerciales a su alrededor sigue sin conocer límites. Ayer, por ejemplo, el pequeño Sergio Fanjul, de 7 años, presumía de haber recibido una "nerf" -una marca de armas de juguete- de este sello. "Es un rifle enorme que da algo de miedo, pero en realidad solo dispara bolas pequeñas de poliespán que no hacen nada de daño. Ya no se lleva tanto el tema de los balines, porque eran un peligro", reconoció su padre, Carlos Fanjul.

El pequeño, sin embargo, se había dejado el arma en casa y salió al parque de Begoña con su regalo favorito: un disfraz de Harry Potter. Recibió el equipo completo: bata negra, corbata de Gryffindor, gafas redondas y varita. Se dibujó incluso con un lapicero rojo una cicatriz con forma de trueno en la frente. El joven mago sigue siendo también otra de las franquicias más rentables de la época navideña, sobre todo desde que en 2016 se relanzó la saga con el "spin-off" de "Animales Fantásticos".

La impaciencia obligó a Rafael de la Losa, de solo 5 años, a desenvolver los paquetes que los Reyes le habían dejado en casas de familiares y amigos en mitad de la Plaza Mayor. Se vio tan sobrepasado que iba dejando a medio abrir los regalos menos prometedores para centrarse en la caja más grande, que resultó ser un barco de Lego, otra de las franquicias que siguen ganando el pulso cada Navidad. En general se mostró conforme porque recibió todo lo que había pedido (un telescopio, una pizarra y un libro), además de una sorpresa extra que le apetecía: el rancho de Playmobil. Según explicó su padre, Jorge de la Losa, el único requisito que le ponen cada año al pequeño para dejarle disfrutar de sus premios es que no pida demasiadas cosas ni demasiado caras y que se porte bien tanto en casa como en clase. "No suele pedir nada raro, por eso los Reyes se portan bien", razonó. En otras casas de la familia Sus Majestades le dejaron, además del barco, un coche teledirigido que sufrió la amputación de una rueda nada más estrenar (por suerte es desmontable) y una revista de pegatinas.

Menos tradicional fue el regalo estrella de Sergio Marqués, de 11 años, que causó algo de expectación en el Puerto Deportivo mientras su familia intentaba descifrar el funcionamiento de su nuevo dron, que resultó estar sin batería. A su lado estaba su hermano Diego, que tiene 9 años, y que andaba paseando con una pistola de juguete, otro regalo recurrente en estas fechas. Sus primas Aída y Carmen, de la misma edad, reconocían haber recibido en general "regalos bastante normales", pero todo lo que habían pedido. La primera destacó contar ahora con una nueva mochila para el colegio y la segunda, un carricoche con cestín y bandolera incorporados, además de un peto impermeable para salir en vela.

La más pequeña de las consultadas fue Mayra Núñez, que no habla mucho con desconocidos pero levanta orgullosa cuatro dedos de la mano cuando se le pregunta por su edad. Fue una de las muchas en recibir los famosos patinentes, y el suyo es morado y rosa y se deslizaba perfectamente por la parte baja de Cimavilla. En casa dejó su nueva "granja de Barriguitas" y una ambulancia de la Barbie. Su regalo favorito fue uno de Papá Noel: una máquina de "slime". Es una pasta viscosa y maleable y vuelve a estar de moda, porque se utiliza como "castigo" en galas de premios infantiles de Estados Unidos.

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